Dada la situación en la que se ha visto inmerso después del trágico accidente que costó la vida a la directora de fotografía Halyna Hutchins en el rodaje del western, Alec Baldwin decidió retirarse durante algunas semanas del foco público y trasladarse a Vermont (Nueva Inglaterra) con su mujer Hilaria y sus hijos, aunque ya se le ha visto en las últimas semanas de vuelta en Nueva York.
Juntos afrontan las consecuencias del suceso, que sigue bajo investigación. No obstante, el jefe de iluminación del filme (Serge Svetnoy) presentó una demanda ante el Tribunal Superior de Los Ángeles por negligencia contra el subdirector asistente (David Halls) y la encargada del control de las armas (Hannah Gutierrez-Reed).
Svetnoy era la persona que más cerca estaba de Hutchins en el set cuando se produjo el disparo mortal y él también fue alcanzado de forma leveo, al igual que el director Joel Souza. Mamie Mitchell, la jefa de guión de la película, también presentó otra demanda señalando al actor y al equipo de producción como responsables de las "condiciones peligrosas del set", así como de haberle causado a ella daños psicológicos como consecuencia del fatal suceso.
Después del accidente mortal, Baldwin reclamó cambios en los rodajes asegurando que debería haber presencia policial en aquellos sets en los que se usen armas. "Cada filme o ficción que use pistolas, falsas o no, debe tener un agente en el set contratado por la producción para monitorear específicamente la seguridad", escribía en sus perfiles. Se refería además a lo sucedido George Clooney, quien cuestionó que no hubieran contratado a gente con más experiencia. “¿Por qué, esta película de bajo presupuesto con productores que no han producido nada no habría contratado, para el armero, a alguien con experiencia?… Es un accidente terrible. Una persona de 24 años con esa poca experiencia no debería estar al frente de un departamento de armas”, se preguntó sobre Hannah Gutiérrez-Reed, la armera de Rust.