Invitado a “PH, Podemos Hablar”, Gabriel Rolón hizo referencia a la intensa relación que tuvo con sus padres y cómo pudo revertir la mala sensación que le dejó la indiferencia que sufrió. “Mi papá no vino cuando me entregaron el título ni cuando me recibí. Mi mamá me dijo que lo entienda, que él era así”, comenzó a relatar.
En el ciclo de Telefe, el psicoanalista -que fue el primer universitario de la familia- contó que ese día compró sandwiches de miga y les dijo a todos los que se acercaron a la universidad para saludarlo que vayan a su casa para seguir celebrando.
Mientras tanto, él se tomó un taxi y fue a la obra de construcción en la que trabajaba su papá: llegó al lugar, al hombre se le llenaron los ojos de lágrimas y él le entregó su título. Pero, para su sorpresa, siguió trabajando y fue una vez terminada su jornada laboral a la casa para festejar.
“Recuerdo haber tenido un padre muy todopoderoso, cercano, firme, rector y compañero. Te diría que estaba más presente en mi mente que mi madre y, con el tiempo, eso se revirtió. Me di cuenta de todo eso siendo grande, casi sin querer", confesó.
“Papá se había muerto y un día hablando con mamá en el consultorio la empecé a escuchar y me empezaron a caer un montón de fichas. Cuando yo pensé que algo lo bancaba mi viejo, estaba ella sosteniéndolo para que no se cayeran las fichas. Cuando murió mi papa dije que no había nadie en el mundo que me abrace y me diga ‘llora tranquilo’, pero si. Estaba ella”, sentenció.