La princesa Amalia vivió momentos de verdadera incertidumbre debido a que un terrible incendio consumió el edificio en el que solía trabajar y realizar las pijamadas con sus amigas. Claudia de Breij, autora del libro "Amalia", que recorre la vida de la hija de Máxima Zorreguieta y Guillermo de Orange, reveló recientemente que ella visitaba ese lugar con frecuencia ya que el propietario de la construcción era el padre de una amiga suya.
El hecho que generó preocupación en la familia real de los Paîses Bajos se generó, de acuerdo a la información de medios locales, a última hora de la noche del sábado 13 de febrero de este año cuando las llamas consumieron el lugar. Si bien no hubo heridos ni muertos, el fuego consumió cada uno de los rincones en los que la princesa solía disfrutar de sus amistades.
Según una nota publicada por el portal neerlandés Story, ese lugar era su favorito ya que le daba un marco de privacidad único para poder disfrutar junto a sus amistades y seres queridos. El parador de playa en Scheveningen fue donde ella se desempeño laboralmente en el verano europeo del 2020, trabajando en actividades que no la exponían frente a los clientes.
Amalia, la heredera que no quiere ser reina
La princesa Amalia cumplirá 18 años el próximo 7 de diciembre. Y como ya es tradición de la casa de Orange, en breve se publicará su primera biografía autorizada, en un intento por darse a conocer a los ciudadanos a los cuales gobernará cuando sea reina, tal como lo hicieron su padre y su abuela. Es que Amalia, la hija mayor de Máxima y de Guillermo de Holanda, es la heredera al trono, que asumirá cuando su padre muera o abdique a su favor.
Sin embargo, Amalia, que se ha tomado un año sabático luego de concluir el colegio secundario y antes de comenzar sus estudios universitarios, no la está pasando nada bien. Al parecer, y tal como se afirma en su biografía autorizada, que se llama "Amalia", la joven no estaría tolerando la presión de ser "futura reina" y estaría tomando sesiones de terapia. Su salud mental es un tema que preocupa en la corte holandesa.
"No creo que deba ser un tabú habar de ello. Y no es ningún problema decirlo en público", escribió Amalia en un extracto de libro. "A veces todo se vuelve demasiado para mí, el colegio, los amigos... Si siento la necesidad, pido una cita. Me desahogo, lo saco todo y ya estoy lista para un mes", agregó.