La práctica de yoga y la respiración nos ayudan a conectarnos de forma holística y respetuosa con nuestro cuerpo y mente. La profesora integral de yoga y especialista en meditación y sanación, Natalia Fernández, asegura que: “la necesidad de tener todo bajo control hace que nuestra mente viaje al futuro, para proyectar el mundo que nos rodea, eso suele generar ansiedad. En ocasiones, también viaja al pasado reviviendo situaciones que quisiéramos cambiar, pero no podemos, y eso nos genera tristeza. Estas emociones debilitan nuestro estado anímico con impacto negativo en el cuerpo”. El autoconocimiento nos habilita un mundo de alternativas para nuestro bienestar, develando el modo en que opera la mente podemos conocer cada aspecto de nuestro cuerpo.
Los estímulos desatan respuestas en el organismo, debemos ser cuidadosos con aquellos que nos causan preocupación, estrés y nos mantienen en permanente estado de alerta. “Estamos viviendo momentos que demandan una extrema exigencia, los ritmos, los contagios, los miedos por nosotros y los familiares cercanos enfermos, nos mantienen en un estado de estrés permanente afectando nuestra salud, perdemos la homeostasis, el equilibrio, y se activa un alerta permanente en el sistema nervioso”, asegura Fernández. Entre las consecuencias se encuentran: los problemas para dormir, alteraciones digestivas, se afecta la respiración, el cuerpo se tensa y nos desconectamos del disfrute.
El yoga es una herramienta útil frente al Covid-19 ya que nos permite aprender a relajarnos para conectar con estados más saludables. Habitando el presente, somos conscientes de lo que sentimos y pensamos, habilitamos la posibilidad de disfrutar cada momento, con menos angustias y cargas emocionales. El yoga también nos enseña a transitar con mayor respeto y cuidado el proceso de recuperación. Además, no tiene límite de edad, desde el jardín hasta la vejez, considerando los diferentes niveles e intensidades, no hay una edad para iniciarse en esta disciplina. Con un estilo acorde a cada necesidad.
Para atravesar de una forma más amable estos periodos complejos, la especialista sugiere:
- Aprender a relajarnos para superar momentos de estrés y ansiedad: controlar la respiración, inhalar y exhalar conectando con nuestras emociones.
- Encontrar pausas diarias que permitan activar la respuesta de relajación del sistema nervioso: devolviendo la calma y la homeóstasis, contribuyendo así a recuperar nuestra salud y bienestar.
- Aprender a estar presentes y conscientes de nuestra recuperación: de las percepciones, sensaciones, conectarnos con momentos de descanso, de relajación, escuchar música alegre. Realizar actividad física, aunque sea dentro del espacio donde estamos en caso de aislamiento. Tomar agua y comer alimentos saludables.
- Usar la energía creativa para realizar actividades durante la reclusión es muy importante: cocinar, escribir y desarrollar nuestras capacidades artísticas. Realizar actividades que nos den placer y podamos disfrutar.
- Conectar con intenciones positivas, y ser conscientes de nuestra comunicación interna: es muy importante durante los periodos de recuperación y para avanzar en el autoconocimiento.
- Podemos tomar un tiempo para escribir lo que vamos sintiendo.
- Realizar movimientos muy suaves, incluso en la cama o en una silla, para aflojar el cuerpo y las tensiones de estrés por la enfermedad. Aprender a relajar el cuerpo va a ayudar a soltar las tensiones, miedos, emociones, incertidumbres, que genera cualquier situación de enfermedad y de inestabilidad.
- Las meditaciones y visualizaciones son técnicas muy útiles para los procesos de sanación y recuperación.
Ejercicio diario: "sentarnos con la columna bien erguida, también puede ser en una silla. Observar nuestra respiración diafragmática natural (por nariz) y tomar consciencia de nuestros sentidos, de nuestro cuerpo, soltar las molestias y tensiones. Sirve enfocarnos en algún mantra o en los latidos del corazón, o bien , se puede hacer una técnica de conteo de respiración durante diez o quince minutos. Esto nos ayuda a reconectar con la calma y arrancar con más tranquilidad la jornada", es la sugerencia de la profesora Natalia Fernández.