Como es de público conocimiento, el último año en la vida de la princesa Charlene ha sido bastante movido. Tras su estadía en familia en África del Sur, su poco definida enfermedad -que la obligó a permanecer allí mucho más de la cuenta- fue internada en una clínica suiza, en noviembre del año pasado. Por vez primera, desde su matrimonio, tuvo que estar ausente en las festividades nacionales de Navidad, Año nuevo y la fiesta nacional de Sainte-Devote (Santa Devota), patrona de Mónaco.
Y es que durante esta última e importante festividad religiosa, a finales de enero, Nicole Coste hizo una sorpresiva aparición a la salida de la catedral de Nuestra Señora Inmaculada de Mónaco: con su pelo híper decolorado, tacos XL y su silueta bien marcada, la ex pareja de Alberto de Mónaco se brindó a los flashes de los fotógrafos presentes, incluso los que trabajan oficialmente para los Grimaldi, que son la mayoría.
El príncipe Alberto II y la madre de Alexandre Grimaldi-Coste, hijo nacido fuera del matrimonio, (pero reconocido oficialmente) no entraron ni salieron juntos de la ceremonia religiosa. Pero la antigua azafata, ex pareja del príncipe durante varios años, estuvo durante los últimos meses realizando declaraciones sobre ciertos aspectos íntimos que tiempo atrás no se había atrevido a mencionar: "Mi hijo se entiende muy bien con sus hermanastros, los hijos de su padre, y la princesa Charlene". Y añadía: "El lugar de mi hijo está en Mónaco. Es normal que lo visite con frecuencia. Nadie puede extrañarse que una madre desee estar cerca de su hijo".
De qué vive Nicole Coste
Según informan medios locales, la antigua compañera del príncipe Alberto II vivía en Londres, al frente de un negocio de moda. Desde hace unos meses, su presencia en Mónaco y la Costa Azul es mucho más visible, con diversos pretextos.
La presencia de Coste en las fiestas en honor de Santa Devota, en ausencia de la princesa Charlene avivó las dudas, reservas y especulaciones, coincidiendo con la incipiente carrera de Alexandre Grimaldi-Coste como modelo y diseñador de moda. Ante la evidencia de su físico atlético, su look mestizo muy bronceado, varias agencias especializadas le han prometido un "gran futuro" con personalidad propia en el mundo de la publicidad de lujo, sin abandonar forzosamente sus estudios universitarios. Instalado en Mónaco, donde no puede optar al trono principesco pero sí siendo uno de los herederos oficiales de la fortuna personal de su padre, el príncipe Alberto II, valorada en cerca de 1.000 millones de euros.