Entre las colinas de Los Altos en California, se puede apreciar la fabulosa Casa Circular, el último trabajo del estudio estadounidense Feldman Architecture.
Se trata de una propiedad de la década de los sesenta con una estructura geométrica perfectamente redonda.
A pesar de las limitaciones y los problemas que conlleva una construcción tan antigua, los dueños actuales se enamoraron a primera vista y no dudaron en comprarla.
Pero para refaccionarla y transformarla en el hogar de sus sueños, acudieron a Jonathan Feldman y su equipo, quienes recibieron el encargo de pensar el edificio en clave contemporánea, aumentando las prestaciones estéticas y aggiornando las necesidades de sus clientes referentes al confort y a la eficiencia energética.
Un ejemplo de todos los problemas con los que se encontraron al ejecutar el proyecto, como cuentan desde Feldman Architecture, eran los aleros bajos que obstruían la vista desde las ventanas: "nuestro equipo se concentró en realizar una mejora respetuosa de la forma original de la casa, optando por soluciones que estuvieran en armonía con el terreno escarpado y complejo", explican los arquitectos.
Encaramada en lo alto de un paisaje escarpado, la vivienda de 474 metros cuadrados ofrece vistas de 180 grados gracias a una plataforma de madera que recorre todo su perímetro.
La curva que domina el diseño de esta casa californiana de los 60 también está presente en el jardín, que cuenta con su propia piscina redonda.
El estudio de arquitectura también asegura que a causa del desafío que representaba la forma circular, el equipo del proyecto tuvo que idear soluciones creativas en todos los aspectos de la obra, desde instalaciones hasta interiorismo.
Originalmente, en el centro de la planta había un pequeño patio a cielo abierto que, luego de las obras, se transformó en una cocina destinada a ser lugar de reunión y de encuentro. Una elección acertada para un aspirante a panadero y su familia, todos amantes de la gastronomía.
Luego de la reforma, una gran claraboya circular permite la luz natural bañe la nueva cocina, creando, creando un reloj de sol improvisado que a lo largo del día ilumina diferentes secciones de muebles curvos creados a medida.
Desde la entrada principal, los habitantes pueden moverse sin esfuerzo a través de la sala de estar de planta abierta, la cocina y la espaciosa terraza antes de circunnavegar la casa a través de una pasarela envolvente.
Una terraza al aire libre está estratégicamente tallada en el punto donde se encuentra la sala de estar y la cocina, enmarcando vistas panorámicas de South Bay.
Puertas empotradas altas y curvas se desvanecen en las paredes, generando una conexión perfecta entre el interior y el exterior.
Un pasillo que se extiende concéntricamente alrededor de la isla de la cocina, lleva a los residentes a los cuatro dormitorios de matrimonio, cada uno de ellos con servicio independiente y vestidor. De esta manera quedan separadas, aunque contiguas, la zona de noche y la de día.
La modesta plataforma perimetral de la casa permite el acceso al exterior desde todas las habitaciones.
El revestimiento de madera carbonizada, los suelos de cemento, las paredes blancas curvas y nítidas y el mobiliario interior minimalista, permiten que las vistas coloridas sean las protagonistas.