La construcción industrializada es un sistema que elabora de forma automatizada los elementos que forman el sistema constructivo de una edificación. Es decir, una producción en serie de cada parte de un todo, con el fin de garantizar prestaciones y agilizar procesos, aprovechando los grandes avances tecnológicos.
Se basa en el diseño de componentes y subsistemas producidos en serie que se unen finalmente para ejecutar una obra arquitectónica. Por ejemplo, se fabrican cimentaciones, estructuras, escaleras, fachadas, particiones… que una vez conectadas (en fábrica o in situ) dan lugar al edificio final.
Las principales diferencias entre la construcción tradicional y la industrializada son notables: mientras que la construcción tradicional es poco versátil, tiene gran impacto sobre el medioambiente, necesita mucha mano de obra con escasa cualificación y es demasiado ruidosa, la construcción industrializada se adapta con facilidad y rapidez a diversas funciones, es más sostenible y amigable con nuestro entorno, necesita menos mano de obra pero mucho mas cualificada y produce una menor contaminación acústica permitiendo crear ciudades más habitables.
La importancia de la formación
Son muchas las instituciones y empresas que llevan años impulsando la construcción industrializada, compartiendo conocimientos y trabajando conjuntamente en el posicionamiento estratégico de este sistema de construcción. La universidad instruye a los alumnos para que sean capaces de desarrollar sus habilidades en este campo, mediante el trabajo de las técnicas y los procesos gracias a una metodología inmersiva.
La industrialización inclusiva y sostenible es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas en su Agenda 2030. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación son las estrategias fundamentales para el cumplimiento del ODS 9.
Las nuevas tendencias y exigencias en materia de sostenibilidad y digitalización están provocando una auténtica revolución en el ámbito de la innovación constructiva. Aunque en la actualidad existen empresas que realizan parte de las edificaciones de manera industrializada (estructuras, cerramientos, baños…), en los próximos años se va a producir una explosión en este modelo basado en dos estrategias diferentes pero complementarias:
- La aparición de fábricas integrales de construcción industrializada, que aunarán toda la cadena de suministro en el proceso desde el diseño hasta su montaje en obra.
- La puesta en marcha del Centro Nacional de Industrialización y Robótica, cuyo objetivo principal será formar a profesionales e investigar sobre la construcción industrializada.
¿Es necesaria la industrialización de los procesos constructivos?
Hay muchos motivos por los que la sociedad (y no sólo el sector de la construcción) debe ayudar a impulsar el desarrollo de estas técnicas de construcción, puesto que las ventajas que se obtienen redundan en nuestra calidad de vida. Éstas son sólo algunas de ellas:
- Prestaciones garantizadas: Se podrán garantizar las prestaciones de una vivienda (condiciones acústicas, térmicas, físicas, mecánicas, etc, de los materiales y sistemas constructivos) gracias al mejor control en fábrica.
- Empleo cualificado: El trabajo en fábricas atraerá empleos de alta cualificación y por tanto se captará el talento.
- Actualización constante: El uso de tecnologías como la automatización o la robotización permitirá la actualización constante de las características de los sistemas constructivos exigidos por la normativa.
- Ahorro de costes: La producción en serie facilitará un aumento en las ratios, los rendimientos, la optimización de los recursos… lo que supondrá un ahorro de costes.
- Reducción de gases nocivos: El cuidado del planeta es tarea de todos, pero la construcción es directamente responsable del 8 % de las emisiones globales de CO₂, e indirectamente, del 30 %. La tarea principal en este cambio de producción es conseguir reducir la producción de gases nocivos.
- Rehabilitación energética de edificios antiguos: La industrialización jugará un papel principal no sólo en nuevas edificaciones sino también en rehabilitación, puesto que el 75 % del parque inmobiliario español se construyó antes de que entraran en vigor las primeras directivas sobre eficiencia energética.
Confort y calidad, profesionalización, mayor cualificación y especialización del sector, innovación tecnológica y transformación digital, actualización constante, mejora de prestaciones, adaptación a las normativas… La formación de profesionales llamados a liderar la transformación de la construcción en la arquitectura es clave para todo el sector.
¿Cómo formar en las aulas universitarias?
En la actualidad, los estudiantes de Arquitectura trabajan en las aulas mediante una metodología que les ayuda a la comprensión global de los sistemas. Esta estrategia se describe a continuación:
- Pensamiento disruptivo. Los estudiantes deben pensar de forma diferente. Gracias a los conocimientos transmitidos en el aula, unidos a la capacidad de pensar fuera de los marcos preestablecidos, el alumno desarrollará estrategias originales y creativas para lograr sus objetivos.
- Visita a fábricas. Todo lo dibujado en un papel, los procesos de montaje articulados por etapas, los detalles constructivos asociados a las fases del proyecto se pueden visualizar en la fábrica, provocando en el alumno un compromiso real con el proyecto.
- Nuevas funciones. Cada alumno analiza el trabajo como si fuera un cliente (definiendo las necesidades del proyecto), como si fuera un arquitecto (representando la documentación técnica) y como si fuera un técnico de control (proyectando detalles constructivos asociados a cada fase del proceso de montaje).
- Nuevo currículum. Para conseguir dominar los conocimientos básicos de la industrialización constructiva, los estudiantes tendrán que investigar, analizar, razonar de manera individual y también en equipo, dentro de una asignatura o mediante la transversalidad de saberes.
Estas nuevas formas de aprender vienen determinadas por los nuevos tiempos. Despertar la motivación, el pensamiento crítico, y el aprendizaje colaborativo es necesario para garantizar el impulso de la industrialización constructiva desde las aulas. Especialmente, porque todavía nos queda un largo camino por recorrer. Actualmente, el porcentaje de vivienda industrializada en España es muy bajo, alrededor del 1 % , mientras que en países como Suecia, Finlandia o Noruega sobrepasa el 45 %.
La industrialización en la construcción ha venido para quedarse. Los estándares de producción y calidad, arraigados desde varios lustros en la industria automovilística primero y en la industria tecnológica después, son requeridos finalmente por las empresas promotoras. Esto requiere una reeducación de nuestros técnicos desde la universidad y también de una intensa y necesaria labor didáctica para difundir entre la sociedad el nuevo paradigma edificatorio.