Hoy, 2 de abril, es el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, una fecha ideal para poner en valor el rol que tantas personas tuvieron durante el conflicto del Atlántico Sur. Una de ellas es la Enfermera Veterana Alicia Reynoso quien, con solo 24 años de edad, fue designada para llevar adelante el Hospital Militar Reubicable que se estableció en Comodoro Rivadavia para asistir a los heridos.
Había ingresado como enfermera en la Fuerza Aérea, donde quedó seleccionada, en 1980 y dos años después, la sorprendió la guerra. En diálogo con Para Ti, Alicia -hoy jubilada luego de 42 años de servicio-, recuerda: "Fui a cumplir con la Patria cuando ella me llamó, como habíamos jurado al entrar a la fuerza. Para nosotras era una experiencia tremenda y no nos dábamos cuenta de que estábamos escribiendo una parte importante de la Historia Argentina", afirma.
Y luego brinda algunos detalles de los preparativos: "Me armé de 5 enfermeras más: de Terapia, la de Unidad Coronaria, de Guardia y yo, además de la que estaba destinada en el hospital en Palomar".
Luego explica cómo fue su tarea: "Llegamos a Comodoro (Rivadavia) y nos informaron que el hospital se quedaba ahí, lo armamos y preparamos todo. De ahí salía todo lo que iba para las Islas y recibíamos los heridos, los asistíamos y los evacuábamos porque ese hospital no podía quedar con pacientes internados porque nunca sabíamos cuándo venía el otro avión con más heridos", detalla.
Y añade: "Ahí nos subíamos a los aviones que nos designaba la superioridad y marchábamos con los heridos, llevándolos a diferentes provincias".
Una vez finalizada la guerra comenzó para ella (y para sus compañeras) una nueva lucha: el reconocimiento por parte del Estado de su carácter como Veterana de Malvinas. Habían recibido la medalla y el diploma oportunamente -como sus compañeros varones- pero nunca fueron pensionadas por el servicio que prestaron pese a contar con el amparo de la Ley Ley 23118 del Congreso de la Nación. Por eso, tuvo que entablar un juicio cuyo fallo final fue, recién, el año pasado.
"Tantos años pasaron... esto significa mucho más que saldar una deuda económica: es una deuda de honor. La verdad triunfó: es un triunfo de la mujer empoderada, del respeto, de la mujer que no es considerada ni cosa ni alfombra, porque en la Fuerza Aérea para que te consideren tenés que ser calladita y eso es lo que no soy. Me callé durante 32 años esperando que ellos hablen de las mujeres que llevaron a la guerra y sin embargo lo único que hacían, era desacreditarnos o decirnos que habíamos "ido como putas", como lo dijo uno de los altos jefes".
Y concluye: "Me resta luchar para que me den esa pensión, creo que mi satisfacción más grande que me dieran la razón. La Justicia sí me escuchó".