Andrés Calamaro y Julieta Cardinali se conocieron en 2004 en Madrid, donde el cantante vivía en aquel entonces. Coincidieron en un bar de la Gran Vía, en una mesa repleta de argentinos. El flechazo fue inmediato, pero la actriz estaba en pareja con Andrés Ciro Martínez, ex líder de Los Piojos, por lo que empezaron su relación como amigos. Un año después, ella ya soltera, se encontraron nuevamente en España y comenzaron a salir, aunque al principio lo negaron rotundamente a la prensa.
La actriz y el músico se fueron a vivir juntos a una casa en el barrio porteño de Palermo, y en enero de 2007 tuvieron a Charo, su única hija. "Soy un gaucho de familia. Almorzamos y cenamos los tres juntos, con la TV apagada. La niña habla mucho y duerme poco, es la genética: creer o reventar", había contado Calamaro sobre su aparente idílica dinámica familiar.
En julio de 2010 se casaron en el Registro Civil de la calle Uruguay, pero en septiembre de ese año todo se fue por la borda cuando trascendió que El Salmón mantenía una relación paralela con la modelo Micaela Breque. Inmediatamente, Cardinali le pidió el divorcio y lo echó de del hogar que compartían. En marzo de 2011 tuvieron un breve intento de reconciliación, pero no funcionó y la pelea en Tribunales por la cuota alimentaria fue bastante ardua y extensa.
"Tuve mucha exposición pública que no pude manejar, pero que no fue generada por mí. Hice todo lo posible por preservar a mi hija y nos mudamos a otra casa hasta que pasara todo. Esta es la primera vez que hablo, porque ya pasó. Lo único que busqué fue resguardarnos porque yo no tengo nada que ver con el escándalo", expresó Julieta a fines de 2011 en una entrevista con "¡Hola!".
"Fueron momentos dificilísimos, porque todo el mundo sabía lo que me estaba pasando. No pienso entrar en detalles, pero les aseguro que fue mucho peor que lo que salió publicado, porque cuando uno se rodea de gente mala, termina actuando como una mala persona”, sentenció. "Nos retiramos porque fue todo muy violento. Por algo pasan las cosas, ¿no? Con todo esto redescubrí dónde quiero ir, qué quiero para mí y para mi hija, y con quién quiero estar", concluyó.
Años después, en 2014, contó a la revista "El planeta urbano" lo mal que la pasó tras su separación y la oficialización de noviazgo de Calamaro con Breque: "Pasé momentos de gran oscuridad, no podía parar de llorar, estuve muchísimo tiempo encerrada en mi casa. La venganza es el primer instinto cuando alguien te hace algo malo, pero yo no quiero eso en mi vida, quiero que las cosas malas queden atrás y trabajo para eso".
Asimismo, le tiró un palito a su ex sobre la crianza de su hija y lo acusó de no hacerse cargo: "Lo que más extraño al ser mamá es no tener nunca días enteros de fiaca. Charo nunca se va con el papá, no tengo nunca un día libre, soy madre de lunes a lunes. Nunca, jamás, ve a Andrés. La realidad es que cualquier mamá separada los fines de semana descansa porque su hija se va con el padre, pero no es mi caso".
En 2013, en un móvil con "Intrusos", el artista aseguró que sí veía a su hija, pero que hacía lo que podía. "Con Charo hago lo que puedo. La veo, sí. Mi hija conoce a su padre", remarcó. Los entredichos entre la ex pareja y su complicado divorcio era tal que en 2014 la Justicia los exhortó a llegar a un acuerdo por el bien de la menor, en tanto se fijó una cuota alimentaria que reconocía además el tiempo que la actriz le dedicaba a Charo.
Eventualmente llegaron a un acuerdo, y actualmente mantienen una relación más cordial. En una entrevista con el ciclo "Mitre Live" en enero de este año, Cardinali fue consultada por el vínculo que mantiene con el padre de su hija, aunque ella evitó entrar en detalles. "Esas son cosas de la intimidad también", señaló. Y ante la pregunta de si tiene "buena onda" con su ex, se limitó a decir "Sí".
