Se acaba de estrenar The Northman, la película en la que actúa Anya Taylor-Joy, tercera en la filmografía de Robert Eggers (The Lighthouse, The Witch), quien volvió a trabajar con la actriz de Gambito de Dama después de seis años. Centrada en la leyenda vikinga de Amleth (que se dice que inspiró a William Shakespeare a escribir Hamlet), muestra a un guerrero en su aventura por vengar la muerte de su padre.
La actriz logró posicionarse como una de las más buscadas después del reconocimiento que ganó con Gambito de Dama, que le significó todo tipo de premios por lo hecho en la serie de Netflix como la invencible jugadora de ajedrez.
Entre los largometrajes a futuro para Taylor-Joy aparece la precuela de Mad Max: Fury Road, en donde se pondrá en la piel del mismo personaje que fue interpretado por Charlize Theron en la mega producción de 2015. Más allá del orgullo de tener la posibilidad de sumarse a la saga más importante del cine australiano, hay una pequeña espina para la actriz. Un "sueño pendiente", según relevó hace poco.
En una entrevista con BBC, contó que desde chica sueña con hacer un papel: en la era de los live-action, confesó tener muchas ganas de hacer la remake de Anastasia, película que según dijo, no solo le gusta sino que es su favorita. “Su nombre es Anya, el mío es Anya. Definitivamente fue lo que soñaba desde muy chica y pensaba... ‘Algún día’”, afirmó.
Últimamente, nos acostumbramos a ver mucho a Anya Taylor-Joy con el pelo teñido de rubio y por eso podríamos pensar que, en un potencial live-action de Peter Pan, podría interpretar a Campanita. Sin embargo, la actriz tiene otra idea en mente. De acuerdo a lo que contó, uno de sus apodos es “Wendy” como el personaje amigo de Peter Pan. En este sentido, explicó que le dicen así porque dice que le gusta hacerse cargo “de los niños perdidos”.