Jennifer Gray saltó a la fama junto a Patrick Swayze a finales de los años 80 cuando juntos protagonizaron Dirty Dancing. La actriz no pudo jamás repetir el suceso vivido con aquel filme del año 1987 cuya música y coreografías continúan hoy en la retina de todos los que la vieron.
Recientemente, publicó su autobiografía donde repasa varios hechos de su vida, algunos dramáticos, como la cirugía de nariz que se hizo en su momento y que, según ella, le costó una carrera en Hollywood.
Su papel de Baby Houseman en el icónico film sigue siendo hoy recordado por todos. Sin embargo, la intérprete explica que todo cambió poco tiempo después de alcanzar el éxito.
En una entrevista con The New York Times para promocionar su libro, Out of the Corner, Gray describe el impacto de la cirugía plástica en su vida: “De la noche a la mañana perdí mi identidad y mi carrera”, manifiesta.
Las dos intervenciones quirúrgicas tuvieron lugar después de que protagonizara la película. “Después de Dirty Dancing, fui la novia de Estados Unidos, lo que pensaba que sería la clave para desbloquear todas mis esperanzas y sueños”, escribe Gray en sus memorias. “Pero no fue así. No había un excedente de papeles para actrices con imágenes como la mía”, cuenta. Según revela, le dijeron que su nariz era “un problema”, y un cirujano plástico se preguntó después de ver la película por qué no se había operado antes.
“Mi supuesto ‘problema’ no era realmente un problema para mí, pero como parecía ser un problema para otras personas y no parecía desaparecer pronto, por defecto se convirtió en mi problema. Era tan claro como la nariz en mi cara”, dice.
Después de consultar a su mamá y a tres cirujanos plásticos, se sometió a dos rinoplastias para “afinar” su nariz. Una segunda operación estaba destinada a corregir una irregularidad causada por la primera, pero dejó su nariz “torcida y empequeñecida”, lo que hizo que quedara prácticamente irreconocible para algunas de las personas con las que había tratado durante años.
La intérprete recuerda dolorosamente que los fotógrafos ya no la reconocían y apunta que se convirtió en un chiste nacional debido a sus cirugías plásticas. Según contó a la revista People, cuando se operó por segunda vez Michael Douglas no la reconoció en un estreno: “Esa fue la primera vez que salí en público. Pasé a ser completamente invisible de un día para otro. A los ojos del mundo, ya no era yo”, se lamenta hoy.
A sus 62 años y recientemente divorciada de Clark Gregg, su pareja de casi dos décadas, reflexiona: “Gasté tanta energía tratando de descubrir qué hice mal y por qué me desterraron del reino. Pero no es así, yo me desterré sola”.
En sus memorias, Jennifer también hace referencia al trágico incidente en el que ella y su ex novio y coprotagonista de Ferris Bueller’s Day Off, Matthew Broderick, tuvieron un accidente automovilístico en Irlanda que terminó con dos personas muertas. Grey, que iba de pasajera en el auto mientras Broderick conducía, fue sometida a una cirugía de columna 30 años después a causa de este hecho. “Éramos tan jóvenes…”, dijo Gray a The Times. “No pasa una semana sin que piense en esas familias y en Matthew. Es parte de mi mapa topográfico, del paisaje de mi vida”, asegura.