Cuando el Príncipe William y el Príncipe Harry eran niños, asistían a internados. Los dos primero fueron a la escuela Ludgrove antes de ir al famoso Eton College.
Según un autor real, a William le fue muy bien en sus internados, y le gustaban especialmente porque podía escapar de los problemas emocionales de la princesa Diana en casa.
Según los informes, el príncipe William sabía todo sobre la vida amorosa de la princesa Diana.
Diana estuvo vinculada a varios hombres tanto durante su matrimonio con el príncipe Carlos como después de su divorcio. Aunque William todavía era un niño en este momento, la autora Tina Brown alegó que sabía mucho sobre sus aventuras amorosas.
“Él estaba al tanto de su volátil vida amorosa”, dijo la biógrafa de Diana en el libro. “Él sabía que los tabloides hacían de su vida un infierno, pero también sabía que ella se coludió con ellos. En su adolescencia, era el confidente más confiable de su madre. Solía describirlo como ‘mi viejito sabio’”.
Brown también habló sobre una anécdota compartida por Piers Morgan, quien solía ser editor del Daily Mirror. Morgan escribió una vez sobre una reunión que tuvo con Diana y William en 1996: "Él claramente está al tanto de la mayor parte de su extraño mundo y, en particular, de los diversos hombres que entran en él de vez en cuando".
Al príncipe William le gustaba el internado porque podía escapar de los problemas de la princesa Diana,
En el libro William a los 40: la creación de un monarca moderno, el autor real Robert Jobson alegó que a William le gustaba irse a un internado en parte porque le permitía escapar de los problemas personales de Diana.
“Para William, la escuela no solo fue divertida, sino también un respiro de la creciente tendencia de su madre a apoyarse en él como una muleta emocional”, escribió Jobson. “Más tarde, incluso Diana admitió en privado que fue demasiado lejos al cargarlo con sus problemas”.
Jobson agregó: “Ella había comenzado a llamar a William ‘el hombre de mi vida’, y él hizo todo lo posible por apoyarla; una vez le dijo que quería ser policía para poder protegerla. Pero solo tenía diez años cuando sus padres se separaron oficialmente en 1992. Después de que finalizó su divorcio, y William se enteró de que su madre sería despojada de su título real, la abrazó y exclamó: ‘No te preocupes, mamá. Te lo devolveré un día, cuando sea rey’”.
Sin embargo, incluso cuando William estaba en la escuela, Diana "a menudo lo llamaba allí, a veces llorando histéricamente en la línea", dijo Jobson.
El autor continuó: “Cuando las emociones de Diana se descontrolaron, tuvo que pedirle que dejara de decirle cosas negativas sobre su padre. No quería tener que tomar partido”.
