Todavía continúan las repercusiones de la MET Gala, el evento de moda que el lunes congregó a los famosos en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York bajo la consigna "En América: una antología de la moda". La gala tuvo entre sus outfits más llamativos el que llevó Kim Kardashian, quien se enfundó en el emblemático vestido dorado con el que Marilyn Monroe le cantó el "Cumpleaños feliz" a John Fitzgerald Kennedy en 1962.
La pieza, un diseño de Jean Louis, fue adquirido en 2016 por Museo Ripley, por una suma de casi 5 millones de dólares.
La influyente empresaria logró que le prestaran el vestido, que tiene más de 6.000 cristales cosidos a mano, pero le pusieron como condición que no lo arruinara ni lo modificara. Pero se presentó un problema debido a su diseño entallado: cuando Monroe lo lució para la famosa gala en el Madison Square Garden se lo terminaron de coser puesto. Entonces, para poder ponérselo, Kardashian tuvo que bajar más de siete kilos en tres semanas, según le reveló a Vogue.
Los detalles de cómo logró el descenso causaron polémica y hubo quienes se manifestaron públicamente: Lili Reinhard, la actriz de Riverdale, estalló en las redes. “Caminar en una alfombra roja y hacer una entrevista en la que contás lo hambriento que estás porque no comiste carbohidratos en el último mes... ¡Todo para caber en un maldito vestido! Tan mal. Tan jodido en 100 niveles”, expresó.
Y continuó: "Admitir abiertamente que te morís de hambre por el bien de la MET Gala cuando sabés muy bien que millones de hombres y mujeres jóvenes te admiran y escuchan cada una de tus palabras. Tanta ignorancia es repugnante”.
“Por favor, deja de apoyar a estas celebridades estúpidas y dañinas cuya imagen gira en torno a sus cuerpos”, escribió la actriz. Y finalizó: “Por lo general, no soy una persona enojada, pero lo juro por Dios, la toxicidad de esta industria a veces realmente me afecta”.
Quien también se mostró molesta con la revelación de la millonaria fue Sarah Scaturro, exjefa de conservadores del Museo Metropolitano de Arte, por haber usado el icónico vestido. Dijo que mientras estuvo al frente del laboratorio de conservación del MET, denegó incansablemente solicitudes de modelos y actrices que querían usar vestidos históricos que se encontraban allí.
“Ni siquiera cedí ante los pedidos de Anna Wintour”, expresó, refiriéndose a la histórica e icónica directora de Vogue y organizadora de la MET Gala. “Usar ropa histórica la daña, punto final. Un embellecido vestido de seda de 60 años tiene puntos débiles”, dijo en su cuenta de Twitter.
“Y Kim usa productos, lociones, cremas, perfumes y maquillaje, los cuales seguramente lo dañaron aún más. No me hagan hablar de la lucha que tuvo para subir las escaleras con sus tacones de aguja”, disparó Scaturro, quien además indicó que lo que acababa de ocurrir con el vestido de Monroe marca un precedente para que otros “ricos y famosos” comiencen a presionar a los museos para obtener lo que quieren.
Hoy el caso está nuevamente en los medios debido a la difusión del video en el que se la ve a Kim probándose el vestido por primera vez, ayudada por varias personas que intentaban calzárselo sin que cedan las costuras, lo que finalmente no lograron. “Lo dejaron abierto. Por eso llevaba un abrigo para taparse”, aseguró una usuaria.
