Con largos años en el medio, Karin Cohen pasó por una larga lista de canales de televisión y radios. Se enfrentó a las noticias más duras, convivió con ellas y si bien en la actualidad sigue trabajando como periodista, hay que decir que lo hace con otro enfoque. El hecho de ser madre fue un verdadero sacudón a través del cual pudo gestar un cambio en su vida e inclinarse a nuevos horizontes de la mano de la espiritualidad.
“Había leído tanto de lo que ocurre con la maternidad y los cambios internos que esperaba una transformación, pero la realidad me desbordó. Me costaba fluir ligera...más bien me esforzaba con todo queriendo cumplir con lo que se esperaba de mi. Y mi niña mayor, Isabella, me hacía ver a los llantos puros, que tenía que largar con tanta exigencia. Laura Gutman, escritora psicóloga, fue la puerta a entender los procesos psíquicos y emocionales profundos que se mueven cuando otro ser depende de vos y al mismo tiempo es espejo de tus sombras. Así que arranqué con ella y seguí estos últimos 15 años con distintos autores dedicados a la evolución personal hasta hoy, que ya casi soy coach ontológica”, contó a Para Ti.
Este camino de transformación la llevó a realizar, en las últimas semanas, un viaje de introspección a Aruba. Allí pudo redescubrirse y volver al punto cero para tomar fuerzas de cara a lo que viene. “Fue un viaje precioso en el que pude encontrarme con otras colegas en el marco del mes de la mujer. El hecho de poder juntar mi actividad actual (está por terminar sus estudios como coach ontológica) con la naturaleza y la posibilidad de centrarme energética y espiritualmente me encantó. Me llevó a pensar que puedo hacer ese tipo de actividades aquí”, reveló.
“Este curso que estoy haciendo me lleva a un trabajo interno muy importante. Me gusta leer mucho sobre budismo tibetano y practico ejercicios que tienen que ver con la plena conciencia. En cualquier momento me van a ver en Instagram haciéndolos para todos”, detalló la periodista.
Obviamente que todo este proceso cuenta con el incondicional apoyo de sus seres queridos entre los que se encuentra Mauro Venagli, la persona que la acompaña desde hace 19 años. “Son los mejores maestros (se ríe). Es aprender constantemente cosas nuevas de mi misma cuando soy consiente de cómo me manejo en casa. Las quejas, los pedidos, el disfrute, etc. En ellos me veo bien real. Ya cansadas a veces me dicen mis hijas: ¡basta de hablar mamá! ¡Te entendimos!”, dijo entre risas.