Además de los múltiples beneficios que redundan de tenerlas cerca, las plantas se convirtieron en las mejores aliadas de la decoración de interiores.
Y si hablamos de plantas de moda, las suculentas son especiales por sus llamativas formas, muy distintas de las de la mayoría de especias de otros tipos. Y lo mejor de todo, es que son fáciles de cuidar y existen variedades tan exóticas como fascinantes.
Crassula umbella: una suculenta muy exótica
Si hay una suculenta que tiene el poder de conquistar el ambiente y llamar la atención a primera vista, es la Crassula umbella.
Pariente cercana al icónico árbol de Jade, es originaria de Sudáfrica y se consagra como una verdadera obra maestra de la naturaleza.
Tan extraña como fascinante, esta suculenta con una forma similar a la de un paraguas o una copa de vino, puede alcanzar una altura de 15 cm y sus hojas de color verde brillante con bordes elevados rozan los 10 cm de diámetro.
Sus vistosas y delicadas flores aparecen en invierno y permanecen hasta finales de la primavera.
Cómo cuidar una Crassula umbella
Como cualquier planta, la Crassula umbella necesita de ciertos cuidados. Pero eso no quiere decir que no se trate de una especie súper resistente y apta para principiantes en el mundo de la jardinería.
- Luz y ubicación: necesita una buena dosis de luz natural durante el día, evitando que los rayos directos del sol impacten sobre sus hojas ya que podrían quemarlas. Cerca de una ventana es una buena opción para ubicarla.
- Temperatura: al ser de origen tropical prefiere las más cálidas que oscilen entre los 20 °C - 25 °C. Se recomienda protegerla de las heladas y las corrientes de aire.
- Riego: al tratarse de una suculenta, los riegos deben ser poco frecuentes y moderados. Se recomienda hacerlo únicamente cuando el sustrato esté completamente seco.
- Sustrato: prefiere uno poroso y con un buen drenaje que airee sus raíces y evite los encharcamientos.
- Fertilizante: si se desea se le puede aplicar abono orgánico o uno específico para suculentas.