Profundo, reflexivo, casi poético. Boy Olmi (66) elige cuidadosamente las palabras que usa al hablar, dedicando una intención a explicar cada tema. Y se muestra conmovido al referirse a su historia de amor con Carola Reyna, su pareja desde hace 29 años, al recordar a su padre, de quien no solo heredó el apodo sino también la vocación de actor, y al hablar de su pasión por los viajes y de su hijo, Carlos.
Feliz por conducir por segundo año consecutivo "La hora exacta" junto a Teté Coustarot por Canal 9, Boy también recuerda con mucho cariño y agradecimiento su paso por MasterChef Celebrity, el ciclo de las cocinas donde formó parte del primer staff de famosos. "Fue una experiencia muy intensa", revela.
-Hace poco festejaron los 300 programas de "La hora exacta", el programa de Canal 9 donde ocupás la conducción con Teté Coustarot. ¿Cómo te sentís en el formato y con la compañía de Teté?
- Hacer "La hora exacta" junto con Teté es un ejercicio cotidiano fabuloso, porque el formato -que tiene la propiedad de tener un grupo de creadores de contenido en donde hay historiadores, psicoanalistas, sociólogos y gente de los medios-, nos permite entrar a cualquier tema por cualquier puerta. Y esto lo transforma en una reflexión o en una conversación que por momentos es liviana y por momentos puede ponerse muy profunda con la velocidad que televisión para ir alternando temáticas y contenidos. Es un ejercicio fabuloso. Teté, con su enorme experiencia me hace sentir enormemente cómodo, confiado, divertido por lo cual somos como complementarios, lo que ella tiene de organizada y ordenada, yo lo tengo de lúdico y arrojado al juego. Y eso hace que entre los dos podamos transitar por todos los paisajes.
Su paso por MasterChef Celebrity
- En 2020 participaste de MasterChef Celebrity y sorprendiste con tus dotes culinarias. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Volverías a participar si te convocaran para la edición 4, por ejemplo?
-Cocinar en MasterChef fue una experiencia alucinante que me permitió salir del encierro de la cuarentena a trabajar en algo que me encanta, que es la cocina. Me gusta la cocina porque me gusta comer, porque encuentro una actividad creativa fabulosa en esa combinación de los elementos que uno encuentra en el mercado, en la casa, en la despensa, en la heladera para ofrendar amor en forma de sabor. Y la pasé muy bien, fue una experiencia muy intensa y allí estoy este con un recuerdo maravilloso de toda la gente con la que compartí esa experiencia.
- He leído que muchos participantes comentan que han aprendido mucho de cocina en su paso por el programa. ¿Te pasó? En caso de que así fuera, ¿qué aprendiste?
-Sí, por supuesto que aprendí mucho en MasterChef porque la variedad de cosas que teníamos que que afrontar me hizo investigar en cosas que no había nunca hecho, como la repostería o amasar mis propias pastas. Pude profundizar en algunas que conocía, pero aprendí muchísimo porque en las clases que tomábamos pude aprender a manejar, por ejemplo, un pescado de cero, abrirlo, sacarle la piel y sacarle el espinazo... Bueno, sí, aprendí un montón. Porque además había un estímulo muy grande, que era esa necesidad de resolver con los elementos que había y aprendí de los maestros y de mis compañeros también ¿no? Cada uno aportaba una manera distinta de acercarse al desafío.
Hablando de los hijos
-En 2020, en una conferencia de prensa, hablando de tu participación en el film "El encanto", dijiste que "los hijos te ensanchan". ¿Seguís pensando que es así?
-Sí, "El encanto" es una película preciosa de Ezequiel Tronconi, que entre otras cosas se cuestiona y se pregunta sobre la paternidad. Y yo allí hacía un padre que conversaba sobre la paternidad con su hijo. Esto ocurre mucho en mi vida cotidiana en donde tengo preciosas conversaciones con mi hijo y entre ellas esta observación sobre cómo nos enriquece en la vida poder ser padres, porque nuestro nuestro horizonte se agranda. Miramos más lejos siendo padres. Miramos más lejos de muchas maneras. Miramos más lejos a través del arte, a través de las cosas que hacemos. Pero esa dimensión de crear vida y hacernos responsables al principio del cuidado de un ser pequeñito que después tiene que ser independiente, y aprender también a soltarlo para que sea independiente... Bueno, nos enfrenta con una cantidad de aprendizajes que hacen que nuestra mirada se ensanche muy muy muy ampliamente.
En el nombre del padre
- Tu papá, Boy Olmi, también fue actor. ¿Cómo fue tu relación con él y que sentís que te enseñó?
-Mi papá fue un gran humorista, pero lo que me transmitió más que con lo artístico. Tenía que ver con cómo incorporar desde un lugar muy descontracturado, de mucho juego, una mirada de la realidad, una manera de entender la realidad a través de una forma de ver que él tenía. En donde lo lúdico estaba muy presente y donde la vida en la naturaleza estaba muy presente. Son dos cosas que me acompañan siempre, son dos cosas que me organizan la vida muy a menudo, y son cosas que le agradezco mucho a mi padre, esa relación con el juego y con una manera de mirar muy honda para tratar de entender las cosas que nos rodean, entre ellas a los seres humanos. Generaba una gran empatía con los seres humanos y tenía un manejo también con todo lo expresivo, con la palabra, con el dibujo, con lo corporal, de las que aprendí muchas cosas y de las que fui desarrollando muchas cosas en mi vida como actor, en mi vida como simplemente persona inmersa en el mundo.
La amistad con Soda Stereo y el vínculo con Gustavo Cerati
- Fuiste amigo de los Soda Stereo y en especial de Gustavo Cerati. Hablame de ese vínculo y del documental que ibas a filmar de la banda.
-En los años ochenta empecé a incursionar en la dirección audiovisual a través del video, que era una herramienta muy posible que en esos momentos irrumpía como un medio expresivo que se instaló a partir del uso de las videocámaras y de cosas que la tecnología nos trajo. En esa exploración empecé a producir videos que por los premios internacionales que algunos tuvieron, me generaron un prestigio que yo no estaba buscando sino que estaba explorando esa herramienta para formarme como director. Y a partir de esos premios y de de esa movida de video que hubo en los años ochenta como nueva forma expresiva y mi amistad con Daniel Kon, que era mánager de Soda Stereo, provocó que me propusieran trabajar con ellos y hacer en primera instancia un videoclip que era del tema Primavera Cero, un tema que iba a estar dentro de Dínamo, el penúltimo disco de Soda.
A mí me pareció que con toda la experiencia que tenía Soda con lo audiovisual y con la imagen, esa imagen tan producida -además de con la música extraordinaria que hacían- pero la imagen de ellos, con los peinados, con los maquillajes, con el vestuario, les quería proponer en ese momento yo hacer una experiencia que tuviera que ver con mostrarlos en una intimidad desprovista de todo ese artificio. Y por eso les propuse hacer un documental que se llamó "Haciendo Dínamo", y que fue simplemente el conjunto de las observaciones y los apuntes audiovisuales que tomé durante la convivencia con ellos en toda la gestación del proceso creativo de ese disco.
Durante muchos meses estuve con ellos en el estudio de grabación y en sus casas, sobre todo en el estudio mientras grababan y creaban ese disco tan extraordinario que fue Dínamo. Y ese documental incluía el videoclip de Primavera Cero, que también tenía ese tratamiento tan rústico porque nada había sido pensado ni puesto para la cámara, ni manipulado, sino simplemente era mi mirada próxima a la banda creando. Fue un lugar de mucho privilegio que me permitió hacerme muy amigo de todos ellos y empatizar muchísimo con Gustavo, con quien siempre sentí que teníamos una gran afinidad en sentidos de integración de las artes. Gustavo era un ser muy sensible al que le gustaban mucho muchas cosas y a mí me pasa que también me gustan mucho muchas cosas y que trato de integrarlas a lo que hago... Una persona entrañable, una persona talentosa, muy talentosa, con una enorme sensibilidad.
-Hace un tiempo en "PH Podemos Hablar" dijiste que no quisiste visitar a Gustavo el largo tiempo que estuvo en coma. Contame cómo viviste esos momentos y por qué no quisiste verlo.
-En el largo tiempo que él estuvo internado no fui a verlo porque me daba cierto pudor acceder a esa intimidad de la que yo no formaba parte. Y además mi vínculo era más directo con él... y yo no sabía si percibía o no la presencia de esas visitas, aunque después me enteré que recibía desde un lugar muy sutil la presencia de quienes se acercaban a él. Pero yo no estaba en ese círculo tan íntimo que me permitiera estar de visita allí, participando de algo que era un acompañamiento muy delicado, muy muy íntimo. Y me pareció prudente no incomodar en ese lugar. Sin embargo, siempre me sentí muy cerca.
La historia de amor con Carola Reyna
-Pasemos a tu relación de amor con Carola. Contame cómo comenzó y cuántos años hace que están juntos.
-Con Carola estamos juntos hace más de 29 años y a los dos nos sorprendió, desde el momento que nos encontramos, la potente certeza de la cualidad de ese encuentro, que sentimos desde un primer momento que iba a dar para profundizar y para crecer mucho juntos. Como han pasado muchos años, hemos crecido y seguimos creciendo juntos, no solo en el aspecto individual, en lo que cada uno se desarrolla, sino también en lo que tiene que ver con nuestra mirada de lo que es una pareja.
Para nosotros es un enigma, es un misterio, es una práctica que hacemos así como a veces uno puede practicar cosas físicas o cosas espirituales, un deporte o una meditación, el ejercicio de la vida en pareja es un desafío que requiere de mucha apertura para entender al otro, para aceptar al otro y aceptarse uno con sus limitaciones. Y venimos acompañándonos de una manera lo más respetuosa posible y lo más amorosa posible.
- Este verano trascendieron unas fotos de ustedes viajando por Mendoza en un motorhome y en tu posteo de Instagram escribiste: "Viajar con la casita a cuestas era un sueño de toda la vida. Fue un viaje transformador". ¿Por qué lo dijiste?
-Este verano hicimos con Carola un viaje en motorhome por la provincia de Mendoza y en alguna nota anterior yo dije que fue transformador y que viajar con la casa a cuestas es un sueño porque efectivamente yo tengo mucha vida en la naturaleza extrema en campamentos y en aventuras algunas audiovisuales y otras de puros viajes, puras expediciones al Aconcagua, a la Antártida, a la Patagonia, a la selva. Pero con Carola no habíamos hecho mucha vida de campamento y acá encontramos un punto en común delicioso que fue la vida confortable en un carromato, como si fuéramos viejos cómicos del medioevo, transportándonos con lo puesto, con nuestras ropas, con nuestra música, con nuestros libros, nuestra comida, haciendo fuegos y llegando a lugares muy extremos.
Entonces encontramos una nueva manera, una novedad en una pareja que lleva tanto tiempo, que tenía que ver con esta cosa de de los nómades, de lo ambulante. Y nos inspiró para muchas cosas este viaje. Nos inspiró para crear cosas en ese sentido, para una manera diferente de viajar, de vincularnos con el entorno, con la gente. Fue un viaje muy inspirador. Y lo que inspira transforma. Por eso creo que fue un viaje transformador.
Viajar con viajeros
-¿Tienen planes de volver a viajar de la misma manera?
-Con Carola tenemos siempre planes, de viajes, de viajar, de todas las maneras. Viajar en nuestro auto, nos gusta viajar a pie. Nos gusta viajar lejos y nos gusta viajar cerca. Nos gusta salir el fin de semana cuando tenemos dos días libres a algún lugar cerquita de casa donde podamos salir a respirar y mirar el cielo. Nos gusta ir a la playa, nos gusta ir a la montaña. Entonces esta manera de viajar, que en este caso fue con una motorhome o que puede ser con una carpa o con algún otro artefacto así de casita pequeña a la rastra, nos hace pensar, como decía recién, en muchas formas diferentes que puede tomar el viaje. El viaje que no es el viaje del turista, sino que es el viaje del viajero. Nos gusta viajar como viajeros, más que como turistas.
La vida de acá a diez años
- ¿Cómo te ves de acá a diez años?
-De acá a diez años me veo pudiendo con algunas cosas que vengo intentando hace mucho tiempo y que tienen que ver con esos sueños que todavía tengo, de poder juntar mi trabajo con mis propósitos más profundos, mis capacidades, mis vocaciones, con el sentido que tiene en la vida ser útil para todos, para los demás. Cada vez quiero más que lo que hago como ser creativo, como artista, tenga que ver con con transmitir, con comunicar cosas que nos hagan bien como especie a los humanos, que tenemos que aprender a mejorar la calidad de nuestra convivencia con todo lo que está vivo en la Tierra, con las otras especies, animales y plantas y con una armonía que habría que mejorar, restablecer y regenerar.
Y entonces de acá a diez años me veo profundizando en ese camino en el que estoy hace tiempo, y que tiene que ver con no solo trabajar en lo que me gusta, sino trabajar cada vez más en lo que es muy bueno para todo. Que haga bien en la construcción de un mundo mejor, que es algo que necesitamos encontrar, ese camino hacia un mundo mejor. Así que así como me veo yo a mí mismo en diez años, me pregunto cómo nos vemos todos en diez años. Cómo queremos construir la vida en la tierra de acá a diez años. Es tarea de todos nosotros.
Fotos: @chrisbeliera
Estilismo @alegarcia360
Maquillaje y peinados @guilleparraa
Agradecemos a Blue Sheep, Giesso y Terán.