"¿Por qué conformarte con menos? Encuentra el poder para crear la vida que mereces" dice en su tapa el libro "Estás para más", una suerte de bitácora que propone navegar varios de los aspectos principales de nuestra vida que, dependiendo cómo los estemos atravesando, nos pueden generar diferentes emociones (tanto positivas como negativas): autoestima, cuidado personal, amor, pareja, trabajo, pasión, dinero, amistad, vida social...
Su autora, Daniela De Lucía -coach certificada en Robbins-Madanes Training- propone ponernos frente a frente con cada una de estas áreas de la vida, analizar en qué estadio estamos y ver cómo las estamos transitando, qué nos pasa con cada una de ellas. No es necesario leer cada capítulo en orden, sino de acuerdo a lo que no está pasando para extraer de cada uno de ellos lo máximo posible y vivir una vida plena, sin planes grandilocuentes, sino a través de pequeñas acciones cotidianas. En diálogo con Para Ti, la autora nos invita a sumergirnos en su propuesta:
-¿Cuál creés vos que es el plus que propone "Estás para más"?
-Es un libro que nos invita a ir por más en la vida y esto está orientado a aquellas que personas que no se sienten a gusto con algunas áreas de su vida y que necesitan salir de ese malestar para crear bienestar y para vivir de una forma mejor, ya sea en dinero, en la pareja, en el trabajo. También está orientado a un público que en general, el desarrollo personal quizás lo tiene descuidado y son personas a las que quizás les va bien, tienen buenas posiciones en empresas, tienen puestos de liderazgo, están muy bien y quizás cualquiera les diría "¿qué más querés?". Pueden decir que sí que quieren más, que quieren superarse, y no se trata de una ambición desmedida (o la mala fama que tiene la palabra ambición). Se trata de una ambición con una gran dosis de gratitud: estamos agradecidos por la vida, por quiénes somos, lo valioso que hemos construido a lo largo de nuestra experiencia laboral, personal, amorosa y... vamos por un poquito más. Hay una frase de mi mentor, Tony Robbins, que dice "lo que no crece, muere" y el ser humano no es la excepción. "Estás para más" nos invita a ser estos seres humanos completos que no se duermen en los laureles sino que quieren crecer, superarse, desarrollarse y sobre todo, vivir una vida con sentido.
-¿Qué nos podés recomendar hacer para entregarnos a él?
-Una palabra para ir por más en la vida es la valentía: de mirar de frente nuestra realidad y ver esas luces y sombras, identificar el bienestar que tenemos en cada área de vida, valorarlo, y sobre todo poder ver de frente esos malestares, esos "ni" (ni bien ni mal) que vivimos en nuestras vidas (en la pareja, en el trabajo, en el dinero), esos pequeños malestares que naturalizamos y que nos apagan por no querer escucharlos. Muchas veces es el miedo el que nos dice "no podés lograrlo" y nos hace buscar excusas para no hacer ciertas cosas y salir de ese malestar. Tenemos que poder conversar con los miedos, que él sea tu consejero pero que no sea tu carcelero y poder ir para adelante con pequeñas acciones que construyan un día a día de bienestar, de crecimiento.
-¿Qué nos aconsejás hacer en el día a día, para ir adquiriendo estos hábitos?
-El éxito no es el resultado de un acto, es el resultado de pequeñas cosas que hacemos todos los días. Y cuando hablo de éxito me refiero a cualquier cosa que quieras lograr, y que te haga feliz. El éxito para mí quizás no sea lo mismo que es para vos o para nuestro vecino, un hermano o nuestros padres. Entonces debemos tener conciencia de cuál es para nosotros la definición de éxito, qué es lo que queremos lograr y a partir de eso tomar la decisión de hacer, todos los días, distintas cosas para lograr ese camino. Hay distintos hábitos que nos ayudan a casi cualquier cosa que queramos lograr y algo que ayuda mucho en ese sentido es hacer las cosas cuando decimos que las vamos a hacer. Y sobre todo, no posponer. En "El Club de las 7am", que es un espacio que comparto en IG - un vivo que hago todos los lunes -, los invito a empezar el día de una manera distinta y que nos comprometamos a que la primera cosa que hacemos a la mañana de día la hagamos sin posponerla. Eso es lo primero que hacemos en el día: y, ¿qué es lo primero que hacemos en el día? Apagar el despertador. Qué hacen las personas que lo apagan, 2, 3 veces. Así empezamos a decirle a nuestra cabeza, a nuestro cerebro, a nuestra mente, que posponemos las cosas.Sobre todo cuando decimos que hacemos algo que no hacemos y ahí nos empezamos a mentir. Y nos acostumbramos a decirnos cosas que son mentira, que no hacemos. Lo importante es poder cumplir con lo que nosotros mismos decimos. El hábito de levantarte con la primera alarma es súper poderoso: los invito a que lo hagan. Tener el hábito de preguntarnos a la mañana, "qué va a ser de mi día" es maravilloso porque nos invita a diseñarlo y pensar "qué quiero para este día" y empezar agradeciendo y terminando felicitándote. Estos hábitos nos conectan con nuestro poder personal.
-¿Creés que las redes sociales potencian ciertos problemas con los que tenemos que lidiar a diario?
-Como todo, tienen sus pro y sus contras. A mí me permitieron crear un negocio y expandir mi mensajes de crecimiento, de superación a miles de personas que de no ser por IG no hubiera sucedido. Mi gratitud es infinita porque es un medio para comunicar. Ahora, también es una fuente de información, de entretenimiento y demanda tiempo. En algún punto podemos llegar a perder el tiempo, por estar en las redes. Muchas personas se sienten algo presas de ellas, porque entran un rato para chequear algo y luego pasan mucho tiempo. Es bueno tener la conciencia de tener momentos para usar el celular, momentos para contestar mensajes, y para cuidar nuestro tiempo. El recurso más valioso que tenemos hoy es nuestro tiempo y las redes saben que lo son y buscan captar nuestro tiempo. Seamos protagonistas de nuestros tiempos porque "el tiempo vuela pero los pilotos somos nosotros". Yo al principio notaba que muchas personas compartían en las redes frases sueltas como "soltá" y se aferraban a eso porque quizás estaban pasando un mal momento, y eso les daba algo de tranquilidad y eso, para mí, es inspiración de cotillón: porque pasa un rato y la persona está en el mismo lugar en el que estaba antes.
