Si bien aún queda mucho camino por recorrer para equiparar al fútbol masculino, cada vez son más las mujeres que eligen este deporte como su profesión. Se calcula que en el país, el 55% de las futbolistas de Primera División son profesionales y que sus sueldos no llegan ni al 2% de lo que ganan los hombres. Pese a las adversidades, las jugadoras apuestan por dicho trabajo y ponen el foco en la posibilidad de triunfar en ligas del exterior.
Hitos históricos como el cruce entre la primera división femenina de Barcelona y Real Madrid que tuvo lugar en el Camp Nou vivenciado por 91.553 espectadores (cifra récord), o el del Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba en el que 16.000 hinchas vieron a la selección Argentina frente a Chile, marcan el crecimiento del fútbol femenino tanto en Argentina como en el resto del mundo.
Sin embargo, y pese a que esta industria se fortalece cada vez más y alcanza niveles de popularidad cada vez más altos, su brecha y diferencia con el tradicional fútbol masculino sigue siendo abismal. Según un informe publicado por la FIFA, sólo 13% de los clubes femeninos a nivel mundial generan más de un millón de dólares, mientras que en Argentina, de los 21 equipos que participan en Primera División, sólo 5 tienen más de 20 futbolistas profesionales -Boca, River, San Lorenzo, Racing y Gimnasia La Plata-.
“Esta diferencia se plasma fuertemente en los sueldos, donde en el caso de las mujeres no llega ni al 2% de lo que gana el masculino. De hecho, el sueldo básico equivale al contrato que percibe un jugador de la Primera C (la categoría más baja del fútbol profesional masculino), es decir, $37.800 pesos brutos. Pero además, en las condiciones de trabajo: entrenar en canchas de césped natural, tener indumentaria adecuada, viajar en transportes de calidad o hasta contar con giras internacionales”, explica Magui Barrenese, Chief of Strategy de Libro de Pases, plataforma que permite a jugadores/as mostrarse y conectarse con agentes y clubes de todo el mundo para obtener oportunidades y adquirir el soporte que necesitan en cada momento de su carrera.
Para lidiar con ello, y achicar aunque sea un poco de esta gran diferencia, hace tres años, la Asociación del Fútbol Argentino y Futbolistas Argentinos Agremiados oficializó la Profesionalización del Fútbol Femenino Argentino que ayuda a que el deporte sea equitativo, inclusivo y diverso, para que cada niña o mujer que quiera jugarlo pueda hacerlo sin barreras y sin la perpetuación de estereotipos violentos, y para que en etapas formativas y escolares no sea sólo una práctica de hombres.
En este sentido y con un largo camino aún por recorrer, poco a poco las mujeres comenzaron a ser remuneradas por jugar, tienen obra social y atención médica. A su vez, según el “Plan Estratégico Integral de Fútbol Femenino 2021-2026”, los clubes se verán obligados a contar con doce contratos profesionales como mínimo, dando la posibilidad a más mujeres de vivir del fútbol.
Por otra parte, existe una tendencia que pisa cada vez más fuerte en todo y que motiva a las jugadoras a buscar nuevas oportunidades fuera de su país que les dé sobre todo estabilidad económica y mejores condiciones para crecer como profesionales. Tal es así que durante el último año, según el Global Transfer Report de 2021, aumentó en un 26,2% el traspaso internacional realizado en el fútbol femenino respecto al año anterior.
“Al día de hoy, son más de 5.000 las jugadoras registradas en Libro de Pases, tanto internamente como externamente, con un ranking que lidera Argentina, seguido por Colombia y México. Poco a poco vemos los frutos de un trabajo continuo en el que buscamos generar equidad entre el fútbol masculino y el femenino”, finaliza Barrenese de Libro de Pases.