La enfermedad de Justin Bieber puede traer graves consecuencias para la vista. El famoso cantante anunció a principios de junio que se retiraba momentáneamente de los escenarios para recuperarse, al ser diagnosticado con el síndrome de Ramsay Hunt, la segunda causa más frecuente de parálisis facial periférica no traumática.
Esta condición se genera por la reactivación del virus Varicela-Zoster, conocido popularmente como culebrilla. "Luego de cursar dicha enfermedad, en general durante la infancia, el virus queda localizado en algún ganglio del sistema nervioso de forma latente", explica Glenda Dibner (MN152245 / MP 553624), médica oftalmóloga de la sección Neurooftalmología del Hospital Universitario Austral.
"En este síndrome -explica la especialista- está afectado el ganglio geniculado, una formación nerviosa asociada al séptimo par craneal o nervio facial, encargado de la motilidad de los músculos de la cara. Puede afectar a hombres y mujeres adultos por igual, pero es muy raro en niños".
Entonces, ¿Cómo es posible que esta condición afecte la vista? "La parálisis facial puede comprometer la motilidad palpebral, impidiendo que el ojo se cierre correctamente y exponiendo a la conjuntiva y la córnea al aire. Para la indemnidad de la superficie ocular, es indispensable tener la posibilidad de parpadear de forma frecuente y que el ojo quede cerrado y hermético por la noche", especifica la doctora Dibner, quien agrega que "la imposibilidad de ocluir el ojo trae aparejado el trastorno de la sequedad ocular, ya que la lágrima natural se evapora más rápido. Como consecuencia, el ojo queda desprotegido”, detalla.
“Los síntomas más frecuentes de sequedad ocular son la sensación de tener arenilla o sentir fricción al parpadear. También el enrojecimiento y dolor en los ojos. Otros pacientes experimentan visión borrosa o fotofobia. Muchas veces es frecuente que noten un lagrimeo profuso que, sin embargo, no logra lubricar correctamente el ojo. Cuando el dolor y el enrojecimiento se hacen más pronunciados, pueden indicar que se generaron lesiones asociadas como queratitis o una úlcera corneal, que requieren tratamiento a la brevedad y que sólo el médico oftalmólogo logra diagnosticar”, advierte la especialista.
A su vez, la especialista detalla cómo es posible contrarrestar todos estos síntomas: “Pueden prevenirse con un tratamiento lubricante apropiado a cada caso, indicado por el medico oftalmólogo. Las herramientas que utilizamos son las lágrimas artificiales, que pueden ser de menor a mayor viscosidad llegando hasta a la forma de geles. También es frecuente indicar la oclusión mecánica con algún parche y lubricante durante la noche, para el correcto descanso sin exponer al ojo a sufrir una lesión. En un porcentaje menor de los pacientes, las úlceras corneales se complican y pueden requerir tanto de tratamiento antibiótico como de procedimientos quirúrgicos, con el fin de proteger la superficie ocular”, completa la integrante de la sección Neurooftalmología del Hospital Universitario Austral.