Proveniente de América del Sur y bien adaptada a los climas tropicales, el conocido clavel del aire es una planta epífita que crece sobre otras especies leñosas -como cedros, pinos, robles, cipreses, etc.- y toma parte de sus nutrientes para desarrollarse y multiplicarse.
De la familia de las bromeliáceeas, pertenece al género Tillandsia y se compone de múltiples hojas largas y curvadas, y una bráctea en forma de espiga de un bellísimo color rosado.
Pero esta bráctea no es la flor, sino que sirve para proteger las pequeñas y delicadas flores violetas que nacen sobre ella.
También conocida como pluma rosa o Tylandsia Cyanea (su nombre científico) se recomienda cultivarla en interiores como planta ornamental, ya que al ser epífica, cuando se posa sobre los árboles en grandes cantidades, ejerce un efecto negativo sobre ellos.
Sin embargo, se pueden aprovechar sus hábitos epífitos para adherirla a distintos tipos de soportes como troncos secos, jardines verticales, etc.
Cómo cuidar un clavel del aire
- Luz y ubicación: necesita una buena dosis de luz natural pero evitando que los rayos directos del sol impacten sobre sus hojas. Cerca de una ventana con cortina es un buen lugar para ubicarla.
- Temperatura: prefiere las más cálidas y húmedas que oscilen entre los 15 °C y los 25 °C. Si bien puede resistir algunas heladas leves, se recomienda evitarlas.
- Riego: debe ser regular y moderado, ya que el exceso de agua puede ser perjudicial. Se recomienda hacerlo mediante pulverización (hojas y capa superficial de tierra) una vez a la semana.
- Sustrato: es fundamental que cuente con un buen drenaje que evite los encharcamientos y permita que sus raíces se aireen.