Mantener el jardín vivo, colorido y perfumado durante el invierno es posible gracias a determinadas especies que alcanzan su máximo esplendor en las épocas más frías del año.
Es el caso de la Salvia involucrata, que florece desde el otoño y durante todo el invierno alegrando espacios exteriores con sus flores rosadas y muy visitadas por mariposas y colibríes.
También conocida como coral de invierno, es nativa de México y América Central, lugares en los que crece como una herbácea perenne, formando grandes matas que pueden alcanzar una altura aproximada de 1,5 mts.
Cómo cuidar una Salvia involucrata
- Luz: prefiere media sombra.
- Ubicación: en general soporta el frío pero no las heladas muy intensas. En ese caso, conviene resguardarlas.
- Riego: deben ser moderados, evitando los encharcamientos. Lo ideal es esperar a que el suelo se seque antes de volver a regar.
- Sustrato: es clave que cuente con un buen drenaje.
- Fertilizante: durante los meses de primavera y verano es recomendable fertilizarla con un abono rico en diversos elementos como el potasio, componente que fomenta la floración.
- Poda: todos los años se la debe podar justo por encima del brote nuevo. Se recomienda hacerlo a principios de la primavera.