Este martes, al aire del programa "A la Barbarossa", Analía Franchín se quebró al relatar el calvario que está viviendo el hijo mayor de su sobrina, que tiene TEA (Trastorno del espectro autista) y está internado hace doce días con la mitad de su cuerpo infectado. Pero como si eso fuera poco, la panelista reveló además que con su familia tienen otro problema muy serio relacionado con el padre del menor, a quien le hicieron una denuncia penal por maltrato.
"Hay una causa penal gravísima porque agredió a los chicos", sentenció sobre el hombre, que tuvo dos hijos con su sobrina, ambos con TEA.
"El más grande, después de muchos años, pudo escribirle una carta a la directora del colegio explicándole lo que hacía el padre. Lo empujaba, le pegaba, lo dejaba afuera de la casa diciéndole 'autista de mierda', le decía que era un gordo feo", detalló Franchín sobre los horrores a los que estuvo expuesto el niño, que hoy tiene 13 años.
Y continuó: "Lo sacaba de la casa y cuando mi sobrina se quería meter obviamente la ligaba ella también. Le decía 'los chicos son así por tu culpa'. El padre lo ponía boca abajo con los brazos hacia atrás y le decía que él era la autoridad. Hasta que él se pudo animar a expresarlo en el colegio, nos contactaron y por suerte intervino minoridad".
Sin embargo, Paulo Kablan señaló que "la Justicia es lenta", y que "Analía anda mendigando justicia" todo el tiempo. Al respecto, la panelista indicó que "está todo presentado ante dos jueces", ya que hay una causa penal y otra civil.
"Hace un año y medio pudimos excluirlo (al padre de los nenes) del hogar por violencia. Cuando lo logramos, la familia de él (que vivía en los terrenos aledaños) hostigaba a mi sobrina, le ponían música fuerte para lo que chicos se desregulen. Vivieron un calvario", aseguró.
Por ese motivo, la ex participante de "Masterchef Celebrity" les brindó un hogar nuevo y es quien se hace cargo de todo, ya que la manutención que el acusado les pasa es de 23 mil pesos por mes (dictaminado por el juez), lo que representa un 20 por ciento de su sueldo.
Cuando Lío Pecoraro, otro de los panelistas del programa, le consultó si ella y su familia notaban que el hombre era violento, Analía Franchín explicó: "Nosotros notábamos cosas raras, nunca la veíamos a mi sobrina sola, ella desaparecía. Nos terminó confesando que en su teléfono tenía un chip y cuando nos venía a ver él escuchaba nuestras conversaciones. Vivían en una casa pequeña y ella estaba vigilada por cuatro cámaras. Incluso, la hizo hacer pis en la calle. Mucho tiempo se aguantó eso".
Y aunque notaban ciertos indicios, su sobrina siempre los desmentía y protegía a su ex pareja: "Ella tuvo una familia muy compleja, todos saben el problema de adicción de mi hermana. En un punto no tuvo mamá ni papá más que los míos. Compró el cuento de la familia feliz, casada y con dos hijos, naturalizó la violencia".
