Una explosión de color, alegría y sensación primaveral en la época más fría y oscura del año, es lo que ofrecen los pensamientos, una de las plantas más apreciadas por su floración, la cuál se extiende desde los primeros días del otoño hasta que comienzan las temperaturas altas con la llegada del período primavera-verano.
Muy habitual en jardines, canteros y balcones, es una especie de la familia de las violetas que no necesita de cuidados muy exigentes y queda divina tanto en macetas como directamente en el suelo.
Originaria de Europa, su nombre científico es Viola x wittrockiana y se trata de una planta híbrida bianual que produce hojas el primer año y el segundo flores, las cuales llegan a durar aproximadamente hasta cuatro meses. Sin embargo, pese a su condición bianual, puede suceder que se conviertan en perennes si se encuentran en las condiciones climáticas adecuadas.
Su tamaño es reducido ya que no supera los 25 cm, y sus hojas que brotan son de color verde brillante, ovaladas y planas, mientras que las vistosas flores tienen 5 pétalos aterciopelados y de múltiples colores: desde el dorado al blanco, amarillo, rojo, violeta y azules en diferentes tonos.
Por lo general, cada planta suele dar dos flores.
Los pensamientos suelen estar a la venta en viveros, por lo que se recomienda elegir plantas compactas con capullos pero con pocas flores. También se pueden cultivar por semilla en un sustrato que drene bien y pueda retener una buena dosis de humedad.
Pensamiento: consejos para su cuidado
- Luz y ubicación: prefieren un espacio luminoso, donde reciban una buena cantidad de luz solar. Si el clima es muy cálido o con un sol muy intenso, es preferible ubicarlas en semisombra.
- Temperatura: su rango ideal oscila entre los -3 ºC y 20 ºC.
- Riego: debe ser frecuente pero muy cuidado, ya que es una especie que no tolera los encharcamientos. Se recomienda hacerlo cada tres días y prestando una especial atención a no mojar sus pétalos. Es importante mantener la tierra siempre relativamente húmeda, pero nunca encharcada.
- Sustrato: es clave que sea rico en nutrientes y cuente con un buen drenaje que permita retener la humedad de una manera eficiente.
- Fertilizante: al tratarse de una planta que consume muchos nutrientes, se recomienda aplicarle fertilizante cada dos semanas.
- Poda: se recomienda quitar las flores marchitas y cortar las puntas de los tallos para que broten nuevos capullos y se extienda su época de floración.
Dato curioso: desde el siglo XIX, botánicos de Europa del Norte fueron cruzando sus flores y de esta forma obtuvieron las más de 400 variedades de pensamientos que existe en la actualidad.