Oscar Ruggeri (60) y su esposa, Nancy Otero, están casados desde hace 35 años. Son los felices papás de Daiana, Candela y los mellizos Federica y Stephan, y tienen tres nietos, Milo y Roma, hijos de Daiana, y Vita, la beba que tuvo Candela el 7 de enero pasado.
El nacimiento de Vita no hizo más que traer alegría a esta familia de por sí muy unida, que comenzó su historia de amor en la década del '80, antes de que Oscar fuera campeón del mundo con el seleccionado de fútbol, en 1986.
Pero fue en el living de Susana Giménez en 2017 cuando Oscar, el ex campeón del mundo y ex compañero y amigo de Diego Maradona, recordó cómo conoció a Nancy, allá por 1983 cuando jugaba en el club Boca Juniors.
En aquella entrevista, Ruggeri relató que el primer encuentro entre él y su actual esposa fue de casualidad en el Club Acapulco de San Justo, adonde coincidieron en las piletas que tenía el establecimiento.
En ese momento, Oscar y Nancy decidieron tener una primera cita en una dirección que le pasó ella. Sin embargo ese encuentro no pudo concretarse porque Oscar se equivocó de lugar: fue a otra dirección y no la que le había pasado su futura novia. Ella, muy decepcionada, sintió que Oscar la había dejado plantada. Lo cierto es que después de esa primera cita fallida, la pareja pudo por fin reunirse y comenzar a transitar un largo noviazgo.
Después de cinco años de novios, debieron adelantar su casamiento porque el jugador fue vendido a España. "Al principio no lograba acostumbrarme, pero con el tiempo me di cuenta de que era muy positivo para la pareja. Al estar solos con Oscar, estábamos más unidos", aseguró Nancy.
Luego llegaron los hijos, hoy todos grandes e independizados. Fue hace un tiempo, en una charla con Sebastián Vignolo en un programa de ESPN, donde Ruggeri se refirió a la decisión de la menor de sus hijas, Federica, que decidió irse a vivir sola. "Es un tema. Nos quedamos solos", dijo el ex futbolista. Y es que, acostumbrados al bullicio que otorga una familia numerosa, por primera vez, "la casa se muestra silenciosa", una situación que altera en cierta manera al Cabezón quien sostuvo que "ese panorama es bravo".