Rosario Ortega proviene de una familia de artistas, pero fue su padre, Palito Ortega, quien le heredó la pasión por la música. Por esta razón, la cantante decidió seguir los pasos de su papá y abrir su propio camino.
La joven dio sus primeros pasos en el mundo artístico como vocalista del grupo Entre Ríos y actualmente es corista de Charly García, y también forma parte de la superbanda Meteoros.
En una reciente entrevista con DiarioShow, contó cómo fue decidir ser cantante teniendo en cuenta la presión que significa ser hija de Palito: "Es difícil, me lo cuestioné muchas veces eso, estás haciendo lo que hacés porque está la facilidad y las herramientas, o por algo más".
"En mi caso, me doy cuenta, reafirmo mi decisión en ciertos momentos de mucho goce de lo que estoy haciendo, cuando estoy realmente cómoda arriba del escenario -que no son muchas las veces- pero en ese momento digo 'para esto estoy acá'. También tocando, en un estudio, o incluso componiendo un tema. Estuve tres hora. para hacer dos minutos que me encantan, sentir que todo vale la pena", agregó.
A su vez, reflexionó: "No sé si eso me lo podría dar otra profesión, ese goce tan real, pero bueno, también es un lujo poder hacer eso y poder en un punto vivir de eso. La música es una entrada y después vienen otras cosas. Y también de donde viene uno también, yo podría renegar por mi familia, o ver cómo lo uso a mi favor".
En cuanto al lugar en el que se siente más cómoda, asegura: "Cada una tiene su desafío. Diría que solista es más difícil porque tenés que salir vos a defender todo, pero al lado de Charly también tenés un montón de presión y de gente que opina distintas cosas. Entonces es muy diferente. Siempre termina siendo todo más exponencial ser o presentarse como solista. Cuando hay algo más de orgullo, es maximizado y cuando hay presión también la experiencia es al cubo. Con lo bueno y lo malo".
Por último, contó cómo es formar parte de la banda de Charly: "Después de varios años no diría que me chupa un hue..., pero yo ya sé el lugar que ocupo, sé lo que hago, lo que represento, lo cómodo que él se siente al lado mío, entonces es como ya tengo otra seguridad, no necesito que nadie me venga a decir nada. Me pueden dar su opinión, pero siento que ya lo tengo súper ganado mi lugar".