Máxima y Guillermo de los Países Bajos tienen una historia de amor de película. Todo comenzó, cuando un amigo de ella los presentó en un viaje en España y desde ese momento nunca más se separaron.
Máxima es argentina y es licenciada en Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA). En julio de 1996, a los 25 años, emigró a Nueva York para trabajar en HSBC James Capel Inc. Tres años más tarde pasó a ser vicepresidenta de la división de mercados emergentes de Dresdner Kleinwort Benson y estaba muy concentrada en su carrera laboral.
Así comenzó la historia de amor de Máxima y Guillermo
Pero todo cambió en 1999, con 28 años, cuando la reina decidió viajar a España para pasar sus vacaciones. Una noche fue al Real Club de Andalucía en la Feria de Abril de Sevilla, que celebra la llegada de la primavera, y un amiga le dijo que quería presentarle a un hombre que le iba a gustar.
Ese hombre era el príncipe Guillermo de Orange, heredero al trono neerlandés, quien la cautivó con su simpatía y su poca destreza para el baile. Máxima de los Países Bajos bailaba eufórica con un vestido estilo gitana y le causó ternura que el royal no podía seguirle los pasos, incluso llegó a decirle "sos de madera".
La pareja mantuvo una relación a distancia durante muy poco tiempo porque Máxima vivía en Nueva York y luego se mudó a Bélgica para trabajar en Deutsche Bank, ubicado en Bruselas. Una vez que la relación se estableció, la argentina renunció y se mudó con su novio a La Haya, donde fue presentada a la reina Beatriz con quien tuvo una excelente relación desde el principio.
El amor era tan fuerte que dos años más tarde, Guillermo decidió proponerle casamiento y formar una familia con ella. La argentina tuvo que realizar los trámites para ser ciudadana del país y las cámaras del parlamento aprobaron una ley para consentir el matrimonio, debido a que ella es católica y él protestante.
Fue el 2 de febrero de 2002 cuando llegó el gran día. Máxima tenía 31 años y Guillermo 35. La ceremonia por civil se realizó en la Beurs van Berlage, oficiada por el ex alcalde de Ámsterdam Job Cohen, mientras que la religiosa tuvo lugar en la Nieuwe Kerk, y ese mismo día la argentina pasó a ser Princesa de los Países Bajos.