#HistoriasDeCemento: Palacio Errázuriz Alvear, la mansión que se convirtió en Museo Nacional de Arte Decorativo - Revista Para Ti
 

#HistoriasDeCemento: Palacio Errázuriz Alvear, la mansión que se convirtió en Museo Nacional de Arte Decorativo

Ubicado sobre la avenida del Libertador y exponente de la "bella época" de la París más elegante, fue construido por encargo de la familia Errázuriz-Alvear. En esta nota, Silvina Gerard nos cuenta la historia de cada uno de los rincones de este lugar.
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“Andando en el tiempo, Usted verá su ideal realizado, Buenos Aires poseerá algo así como la Wallace Collection de Londres, un museo de artes decorativas…” - René Sergent.

Pisando el rastro del pasado, el área metropolitana de la Buenos Aires de 1910 mostraba un crecimiento de residencias particulares dando al trazado urbano un aspecto de suburbio moderno.

La exuberancia de las mansiones de los hombres vistiendo galera no tenía límites. Los incontables viajes a Europa traían nuevas e innovadoras formas de vida y la cultura marcaría el camino hacia una Argentina de ostentosa magnificencia.

El Palacio Errázuriz-Alvear, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo. Foto: Pinterest

La avenida del Libertador inaugurada en 1906 se abriría paso a un nuevo trazado, como lo hiciera Haussmann en Paris. Originariamente se llamaba Avenida Virrey Vértiz y recién para 1950 y en honor al libertador de Argentina, Chile y Perú, General José de San Martín, la conocemos con el actual nombre.

El Palacio Errázuriz-Alvear, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo. Foto: Pinterest

Los Errazuriz eran una familia tradicional chilena, cuna de personalidades como diplomáticos, figuras eclesiásticas, artistas, mecenas, cargos que marcaron camino en la traza histórica de ambas naciones.

El jardín del Palacio Errázuriz-Alvear, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo.

Matías Errázuriz fue enviado a Argentina como encargado de negocios de Chile en Buenos Aires y en 1897 contrajo matrimonio con una dama de elite porteña, la argentina Josefina de Alvear.

Entre 1906 y 1916, la familia que ya tenía dos hijos, se traslada a Francia por el cargo diplomático de Errazuriz. Allí encargan al arquitecto francés René Sergent (1865-1927) el diseño de un edificio de 4.300m2 de tipología francesa del Grand Hôtel Particulier. (Sergent dibujó además otros edificios en Buenos Aires como el Palacio Bosch, la Mansión Unzué, el Palacio Sans Souci).

El jardín del Palacio Errázuriz-Alvear, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo.

La dirección del Palacio Errázuriz Alvear en Buenos Aires estuvo a cargo de los arquitectos e ingenieros Pablo Hary y Eduardo Lanús quienes prolongaron la obra más de lo esperado por la escasez de recursos que generó la Primera Guerra Mundial.

La obra que se había iniciado por 1911 finalmente se inauguró en septiembre de 1918 con una gran recepción.

El jardín del Palacio Errázuriz-Alvear, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo.

Los más reconocidos diseñadores y decoradores europeos de la Belle Époque, como André Carlhian, Josep Luis Sert, George Hoentschel, George Nelson y el paisajista Achille Duchêne trabajaron y crearon las distintas salas y espacios de este palacio con la mayoría de los materiales traídos de Europa.“

#TipCementero

Desde CEMENTOS AVELLANEDA CUENTAN que todos los materiales, salvo la mampostería gruesa, fueron traídos de Europa. Para algunas tareas específicas, como la de la realización de estucos, vinieron artesanos europeos. "La primer cementera de Argentina comenzó sus actividades en 1916 y la primera partida de cemento llego al mercado en 1919", aseguran.
El jardín se ilumina por las noches.

Inspirado en el clasicismo francés del siglo XVIII, marcó la cultura artística de inicios del siglo XX con todo el confort del mundo moderno poniendo al límite las reglas del lenguaje arquitectónico de la época y mostrando un claro eclecticismo en equilibrio.

El edificio tiene distintas fachadas monumentales. Un acceso principal, el cour d’honneur o entrada de honor está fusionado con el jardín de la casa.

Una vista desde arriba.

Con una pesada y altísima puerta de hierro negro, que recrea el portal de la Escuela Militar del Campo de Marte de París se marca el ingreso al frente de la Avenida del Libertador. Hacia el jardín, Sergent tomó como referencia la fachada del Petit Trianon de Versalles, que es una construcción tardía de la época de Luis XV, muy utilizada por María Antonieta.

Una hilera de jacarandás inunda de color la vereda de la avenida del Libertador cada octubre. El paisajista francés Carlos Thays los eligió para forestar la ciudad, junto a otras especies autóctonas del norte de nuestra Argentina.

Cada octubre, una hilera de jacarandás inunda de violeta la vereda de avenida del Libertador.

El edificio tiene cuatro niveles y fue ideado con el formato de «Grand hôtel particulier».

Sergent dio algo de autonomía a las fachadas e integró los jardines diseñados por el paisajista Achille Duchêne. Macizas columnas corintias cubren los dos niveles de la fachada.

El piso principal con arcos de medio punto da al jardín y terraza. En el último piso, en el ático estaban las habitaciones de los sirvientes con las ventanas ocultas por una balaustrada.

El edificio tiene cuatro niveles.

El primer piso estaba reservado a las habitaciones privadas. Cada miembro de la familia disponía de un apartamento con sala de estar, dormitorio, vestidor, baño y toilette privados, todo un adelanto de la modernidad.

Las instalaciones de confort dan cuenta de una impronta única como los sistemas de calefacción y aspiración centralizados, instalaciones sanitarias y eléctricas, el ascensor, e incluso un montaplatos entre las cocinas y el comedor que remiten a los palacios europeos.

La entrada principal.

El Gran Salón renacentista es el recinto más grande de la residencia y el único con doble altura y un eje alrededor del cual se desarrollaban todas las actividades de la casa.

El techo está decorado con artesonados y vidrios estampados, elegantes pisos de parquet con diseño de estrellas combinan madera de arce y nogal. Los altos ventanales con cristales de colores, la decoración del techo, la imponente chimenea y las paredes revestidas de tapices y maderas evocan los grandes salones ingleses del estilo Tudor del siglo XVI.

El Gran Hall es el corazón de la mansión.

El Comedor ideado para las cenas y encuentros sociales está inspirado en el Palacio de Versalles y en especial su Salón Hércules con una clara atmósfera barroca, luce tapices franceses y flamencos de los siglos XVI, XVII y XVIII junto con muebles y pinturas de la misma época.

El Comedor.

El salón de baile de madame Errázuriz Alvear, donde con frecuencia recibía amistades y organizaba bailes, evoca los años del estilo Regencia, transición entre el Barroco y el Rococó francés. Las paredes presentan dorado a la hoja, espejos, molduras curvilíneas y en todo su perímetro son de extraordinaria belleza engalanando las grandes reuniones sociales.

El salón de baile.

La variedad del mobiliario y sus estilos dan cuenta de un eclecticismo que luce en armonía sus diferentes estilos.

La génesis del proyecto coincidía con la colección privada que la familia fue armando en su estadía en Europa y que fue puesta en escena aquí, pensando en trascender el recinto familiar, como casa museo.

Salón de Madame, donde Josefina de Alvear organizaba sus reuniones sociales. 

Los Errázuriz-Alvear residieron en el edificio sólo veinte años. Alternaban viajes a sus campos del sur de Santa Fe con estadías en Buenos Aires en la temporada social. Pasaban los veranos en Mar del Plata o en Zapallar, Chile y hacían largos viajes a Europa, residiendo en París o Biarritz.

Tras la gran crisis económica de 1929 y ya Errazuriz viudo, decide vender al Gobierno Nacional la mansión y sus obras de arte, con la condición de que se destinara a crear un Museo: el actual Museo Nacional de Arte Decorativo.

El palacio posee valiosas colecciones y muestras permanentes.

Los Errázuriz Alvear fueron grandes coleccionistas y soñaron con transformar su "palacio" en la cuna de sus colecciones. Cada objeto, cuadro, mueble, salón forman un emblema de opulencia, que se impone como lenguaje de la cultura que se aspiraba, obstinados por trascender a perpetuidad.

En este edificio se expone patrimonio invaluable y se sumaron donaciones, como esculturas, pinturas, adornos, tapices, muebles originales de la residencia, algunos firmados por los más importantes ebanistas europeos del Siglo XVIII. Es una de las pocas casas-museo que conserva la coherencia entre su construcción y las colecciones que alberga y es una visita obligada para propios y ajenos.

Rincones del Palacio Errázuriz-Alvear.

El Museo Nacional de Arte Decorativo, dedicado al diseño y las artes decorativas, posee valiosas colecciones y muestras permanentes, exhibiciones temporarias, visitas guiadas y actividades culturales. Se propone un diálogo sinérgico y estimulante entre el patrimonio del pasado y las manifestaciones artísticas del presente.

Se propone un diálogo sinérgico y estimulante entre el patrimonio del pasado y las manifestaciones artísticas del presente.

Se vuelve imposible narrar los detalles del palacio haciéndole justicia, su fervor por la cultura y los movimientos artísticos de su época denota la “passion pour l´art” en los cimientos de nuestra Nación.

Texto: Silvina Gerard @silvina_en_casapines.

Fotos: gentileza @museodecorativo.

Más información en parati.com.ar

 

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