Encapuchada para que no se viera su rostro, el mismo gesto que ha repetido durante años Beatriz Michelini en cuestiones relacionadas con el crimen de María Marta García Belsunce... Así llegó a los tribunales de San Isidro, acompañada de su hijo y su abogado de siempre, Eduardo Ludueña, sin imaginar que al terminar la audiencia iban a pedir su detención. Ella, la masajista de la socióloga, que estuvo desde el primer instante en la escena del crimen, en la mira de la justicia por ser sospechosa de haber sido la entregadora en el asesinato del country.
"Acaban de pedir la detención de Beatriz Michelini. La mujer que estaba en la escena del crimen", anunciaron desde el noticiero de América como información de último momento. "El fiscal Patricio Ferrari acaba de solicitar la inmediata detención de Beatriz MIchelini. Lo hizo en la audiencia que se está llevando acabo en estos momentos en los tribunales de San Isidro", afirmó el periodista.
Por qué pidieron la detección de Beatriz Michelini
"Porque creen que incurrió en falso testimonio. Creen que se contradijo en la declaración como testigo. Por eso los fiscales pidieron la inmediata detención. En estos momentos está reunido el tribunal", respondió el periodista del noticiero de América.
"Lo que entienden los fiscales que la contradicción tiene que ver no solamente con la cuestión de horarios, que uno veinte años después puede tener algún tipo de confusión, sino por el rol que mantuvo en el crimen de María Marta García Belsunce", explicó.
Qué es lo que están sospechando
"Sospechan que Beatriz Michelini es la que había pasado la información de que María Marta no iba a estar en ese momento, ese 27 de octubre del año 2002, en la casa. A las siete sabía que tenía la sesión de masajes y que antes María Marta iba a estar jugando al tenis. Como ese día llovió, maría marta volvió antes y probablemente se encontró con su asesino adentro de la casa", sentenció el periodista.
El día que Para Ti entrevistó a Beatriz Michelini: así la vimos
En diálogo con Para Ti, Michelini nos aseguraba en abril de 2007, haber ingresado a la casa de la socióloga más tarde de lo que había declarado Carlos Carrascosa, no sabía si Guillermo Bartoli e Irene Hurtig se encontraban alli cuando ella llegó, y dijo que nunca vio que la perra haya subido hasta el primer piso tal como lo había afirmado el viudo en su testimonio.
Ella intentó –sin exito– reanimar a Maria Marta García Belsunce en el piso del baño aquel 27 de octubre de 2002, y que luego, por pedido de Guillermo Bartoli, cuñado de Carrascosa, limpió la escena del crimen. Cuando la entrevistamos, en marzo de 2003 y en abril de 2007, nos confesó que vivía nerviosa y que no sabía si alguna vez iba a poder volver a ser la mujer que era antes del crimen de su clienta.