Diana Spencer tuvo varios títulos importantes en su vida, tales como activista, filántropa, aristócrata británica, esposa del príncipe Carlos, entre otros. Pero, sin duda, siempre será recordada como Lady Di, la "princesa del pueblo". A 25 años del accidente que terminó con su vida, repasamos sus looks más icónicos.
El vestido de bodas
En 1981, Lady Diana contrajo matrimonio con el príncipe Carlos. Para este evento histórico, la princesa llevó un hermoso vestido del diseñador Emanuel. Este era blanco con mangas abullonadas y una cola inmensa.
Princesa de cuento de hadas
En noviembre de 1981, Diana visitó el Albert & Victoria Museum, motivo por el cual usó un vestido celeste de Bellville Sassoon. Este pasó a la historia, no sólo por hacerla ver como toda una princesa, sino también porque en esa velada Lady Di se quedó dormida. Fue una verdadera "bella durmiente".
El vestido de la venganza
Si no es el vestido más icónico de la artista, se le acerca demasiado. La noche en que el príncipe Carlos admitió haber engañado a su esposa con Camila Parker, en 1994, Diana no dudó en asistir a la fiesta de la Serpentine Gallery en Londres. Para dicho evento de gala, Lady Di lució un mini vestido negro de escote palabra de honor y cola diseñado por Christina Stambolian; lo combinó magníficamente con unas pantys negras, tacones y un llamativo collar de perlas.
El vestido de lunares
Lady Diana Spencer era una ferviente amante de los vestidos a lunares. Uno de los más icónicos fue el que llevó en 1985, en conjunto con un sombrero de ala ancha.
Cenicienta
Para el festival de Cannes de 1987, la princesa Diana se vio glamorosa con un vestido escotado de color celeste, el cual combinó con una bufanda, haciéndola ver como una verdadera princesa de cuento.
Rosa y fucsia
Diana era conocida por su afición por combinar colores llamativos en un mismo look, como el inolvidable conjunto rosa y rojo de Catherine Walker. Lo llevó en su llegada a Kuwait para un tour real por el Golfo Pérsico en 1989.
Look casual
En mayo de 1988 Lady Diana tuvo una breve aparición en el evento de Guards Polo Club en Windsor. Para esa ocasión, mostró un lado mucho más casual y chic, que veinte años más tarde fue tendencia. El look consistió en un blazer negro, una sudadera blanca con estampado, jeans, gorra de béisbol y unas botas vaqueras.