El pedido del cliente consistió en hacer un refugio – granero en un árido lugar del pedemonte en la Cordillera de los Andes. Ocasionalmente en senderos en la montaña se encuentran refugios llamados “pircas”, realizados en piedra por los habitantes originarios.
Usando este antecedente, se decidió construir los remanentes de una “antigua” construcción que justificara haber usado esa implantación y no otra. Fue elegida una piedra con oxido de hierro, para que de ella surgiera un refugio atemporal en acero CorTen oxidado.
Para optimizar las notables visuales, las cuatro fachadas fueron convertidas en ocho. Para lograrlo, el programa se dividió en dos edificios: uno dedicado a las funciones sociales y el otro a los dormitorios. Un puente de vidrio los conecta.
Localizado en zona sísmica, el sistema estructural flexible utilizado es totalmente metálico y pre-mecanizado. Los dos volúmenes descansan sobre respectivas y solidas plateas de hormigón.
Paneles de cerramiento de características atérmicas máximas cubren la totalidad del techo como asimismo los paramentos fijos y deslizables.
Esta vivienda totalmente desconectada de servicios externos funciona de forma autónoma. También, ajos consumos, paneles solares, tratamiento y reutilización de aguas grises colaboran en su actitud ecológica.
Ficha ténica
Arquitectos: Alberto Tonconogy Arquitectos.
Ubicación: Argentina.
Área del proyecto: 170 m2.
Año del proyecto: 2020.
Fotos: Luis Abba.