La reina Isabel II pasó sus últimos días en el famoso castillo Balmoral, su residencia privada.
Considerado por muchos "el lugar más hermoso del mundo", su construcción original comenzó en el siglo XIII, aunque no fue hasta 1848 cuando la reina Victoria y el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha adquirieron la propiedad y la modificaron según sus gustos y necesidades.
La construcción alcanza los 260 kilómetros cuadrados, emplazada en terrenos de 20 mil hectáreas de terreno de las cuales 18.659 están repartidas en los territorios de Balmoral, Birkhall y Glen Doll, 2.940 en Corgarff. Las 4.688 hectáreas restantes corresponden a derechos utilizados para dotaciones e instituciones en los alrededores.
El castillo actual fue terminado en 1855, según los diseños creados por el príncipe Alberto y el arquitecto de Aberdeen William Smith. Su amplio salón de baile fue la última sala que se completó, diseñado para albergar bailes y otras funciones para la visita real.
La propiedad es libre de deberes oficiales para la reina, que comenzó siendo la residencia de verano de la reina Victoria, tradición que Isabel II continuó hasta su muerte.
Tanto ella como su esposo, el difunto duque de Edimburgo, solían pasar allí la primera semana de su verano, precisamente en el Craigowan Lodge, una casa de huéspedes de siete habitaciones a un kilómetro y medio del castillo para mantener su privacidad.
Era costumbre de toda la familia pasar allí la temporada vacacional, junto a la Reina. Otro hecho histórico transcurrido en Balmoral fue la luna de miel del príncipe Carlos y Lady Di, en 1981.