La Reina Isabel II falleció el pasado 8 de septiembre. La princesa Margarita en febrero de 2002 luego de sufrir un ataque cerebral. Su muerte fue tres días después de que se cumplieran 50 años de la partida de su padre, el Rey Jorge VI. Y fue una de las pocas veces que Isabel lloró abiertamente, dejando todos los protocolos de lado. Es que se amaban profundamente a pesar de sus diferencias. Su lazo entre hermanas siempre se mantuvo intacto.
Opuestos complementarios
"Lilibet es mi orgullo. Margarita mi alegría" decía el Rey Jorge VI cuando hablaba de sus hijas. Una frase que terminó representando la personalidad de ambas. La Reina firme, seria, comprometida con su deber. La princesa divertida, simpática y siempre luciendo espléndida.
Margarita y su perfil artístico
A la princesa no le molestaba ser el centro de atención. Vestía ropa de diseñadores como Dior, salía de fiesta con los Rolling Stones, literalmente todo lo que Isabel tenía prohibido ella lo hacía. El problema fue que cayó en los excesos de la vida nocturna, y eso fue justamente lo que perjudicó su salud. Su "obligación" era contarle a la Reina todo el chusmerío de las fiestas a las que asistía, una especie de ritual que disfrutaban mucho juntas.
Un problema de amor
Pero como cualquier relación familiar, no estuvo exenta de problemas. Es que Margarita se enamoró de Peter Townsend, un oficial de la Real Fuerza Aérea, mayor que ella y divorciado. Una relación que la Reina Isabel II no pudo aprobar, o no quiso. Lo que llevó a la princesa a una gran depresión que intensificó sus vicios. Mientras Isabel se casaba y tenía hijos, ella luchaba por mantenerse en la línea de sucesión y no ser olvidada. Aunque los medios la acusaban de "fumadora, alcohólica y devoradora de hombres", ella solo quería un espacio dentro de la corona.
Línea directa
Al parecer Margarita nunca pudo perdonarle a Isabel que no haya permitido su relación con Townsend, pero la devoción entre ambas se mantuvo siempre. De hecho, la princesa tuvo hasta su último día de vida línea directo con su hermana en el Palacio de Buckingham. Se llamaban a diario y se contaban hasta el último detalle. Sus opuestas personalidades nunca fueron un impedimento para mantener un lazo estrecho.