Me gustaría empezar la columna compartiéndote una de las primeras veces en que me di cuenta que podía elegir quién quería Ser a partir de una determinada situación. Qué dependía de mí y qué no dependía de mí…
Hace unos años, varios ya, estuve en pareja y un día casi de buenas a primeras él decidió terminar la relación. Convivíamos juntos, perro incluido. Así fue como de un día al otro se fue de casa. Ordenando y juntando todas sus cosas para que pasara a buscarlas, guardando los portarretratos… Recuerdo haber vivido esos días con mucha angustia, buscando explicaciones, tal vez sin conectarme con lo que dependía de mí y estaba a mi alcance, tratando de ocultarlo, con un miedo enorme a mostrarme vulnerable…
Se activaron mis heridas del abandono y el rechazo, me dolía mucho, sentía mucha tristeza.
El tiempo fue pasando y me dí cuenta que podía elegir cómo quería vivir ese final de la relación. Podía elegir qué quería contarme sobre eso que había pasado.
Una podría haber sido echarle la culpa a él, señalarlo con el dedo, poniéndome en víctima. Quitándome mi poder y dándoselo todo a él. Él como el único responsable de toda la situación. Y yo expectante sin nada que poder hacer. Y buscar aliados! La víctima siempre busca aliados que le den la razón. Pobrecita de mí, me dejó… Algo de eso pasó.
Otra manera - la que de a poco elegí transitar y la que elijo hoy - fue sentir y hacer lo que dependía solo de mí. ¿Cómo quería vivir ese momento y los que siguieron? Tal vez no era tan consciente pero empecé a hacer el duelo, a conectarme con momentos de alegría, con los de tristeza, con aceptar que eso estaba siendo así. Y con preguntarme ¿qué quería aprender de eso que había pasado? ¿Qué elegía agradecer? En definitiva era darme el poder a mí misma sobre cómo quería vivir esa situación.
Cuando estoy en víctima no estoy conectado con mi poder de elección. Consciente o inconsciente le estoy dando la responsabilidad de lo que pasa a alguien externo y por lo tanto no controlo. Me pasan cosas. Soy esclavo de las circunstancias.
¿Te acordás cuando éramos chicos en el colegio? Si te sacabas una buena nota era “mamá me saqué un 10”, ahora si la nota no era tan buena era “la maestra me puso un 4”. ¿No tenías nada que ver en el resultado? El 10 era tuyo, el 4 de la maestra ¿Te das cuenta que podés elegir cómo contarte esa historia? ¿Cómo sería la frase de un protagonista? “Me saqué un 4, la próxima voy a estudiar más”. Me acuerdo de esos diálogos con mi mamá implorándole que me dejara salir.
La persona siempre es libre de elegir su respuesta, pero a veces elige ser inconsciente de esta libertad y actuar como si no fuera libre. Ese es el caso de la víctima. Se ve determinada por los acontecimientos externos. Lo que la víctima no ve es que su perspectiva es la que la condiciona, no los hechos del mundo.
¿Quién te hace sufrir? ¿Quién te rompe el corazón? ¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿Quién controla tu vida?. ¿Tus padres? ¿Tu pareja? Tu suegra? ¿Tu jefe?.
Nadie tiene la capacidad de hacerlo, a menos que vos lo permitas.
Responder con habilidad, eso es responsabilidad
Responsabilidad es la libertad para elegir cómo responder a una situación. Responder con Habilidad.
¿Qué puedo hacer dado lo que hay? ¿Qué podría haber hecho diferente? El saber que soy yo el que eligió, elige y va a seguir eligiendo siempre frente a los hechos me hace protagonista de mi vida.
¿A qué te estás resistiendo? ¿Qué te cuesta aceptar? ¿Estás listo para aceptar esos hechos?
Aceptar no significa estar de acuerdo ni que te guste lo que está pasando. Aceptar es permitir que lo que está siendo SEA. Valido y vivo las emociones que ese hecho me genera. Y a partir de ahí empezar a conectar con mi elección. Qué voy a elegir hacer con eso. Esta es la gran llave para pasar de la inacción de la víctima al poder del protagonista.
Te invito a responderte qué elegís hacer con cada una de las circunstancias que te toque atravesar. A darte el poder. A ser el verdadero protagonista y responsable de cada una de tus elecciones.
Siempre podés elegir cambiar.
“La dignidad primera y última del Ser Humano es su capacidad inalienable para elegir cómo responder a la situación en la que se encuentra” Víctor Frankl.
Fuente: Zelmira Kroselj, directora de Zelmira K Comunicación y Coach Ontológico Fundación Protagonista de Cambio.