Ángeles Rawson tenía 16 años. Tenía una familia que la amaba: mamá, hermanos, compañeras de colegio. Vivía en Palermo. Jorge Néstor Mangeri, de 45 años, la violó y la mató. Ella fue hallada muerta –con signos de estrangulamiento y lesiones provocadas por la máquina compactadora del camión recolector de residuos– el martes 11 de junio de 2013 en el predio del CEAMSE de José León Suárez (en San Martín). El caso conmocionó al país, y esta semana vuelve a ser tendencia porque Migue Granados entrevistó a su mamá, Jimena Aduriz, para su podcast La Cruda. Un testimonio fuerte y conmovedor.
"Es la entrevista más difícil que me tocó hace que enfrentarme a muchos casos terribles para animarme a enfrentarme a este. Tengo una hija y tengo un corazón suficiente para que este episodio me haya destrozado el alma. Un caso muy conocido en Argentina, otra chica que salió y no volvió. El caso Ángeles Rawson es un caso que fue muy mediático, casi que los medios le sacaron las riendas a la familia para abordarlo", advirtió Granados.
El episodio Ángeles Rawson-Jimena Aduriz de La Cruda con Migue Granados:
"Voy a aclarar varias cositas para para poner en contexto en el 2013 todavía. No había, no estaba de boga el WhatsApp, había muy pocos que tenían WhatsApp, los afortunados que tenían BlackBerry. Y algunos que tenían el primer Nokia. Pero nosotros no teníamos eso. Teníamos el Messenger vistos y el Msn, y además, justamente ese día yo fui muy temprano a la oficina, yo trabajaba con mi hermano", es una de las primeras cosas que relató Jimena en el podcast.
"Me encontré con Mangeri en la puerta porque siempre estaba a las 5:00 de la tarde en la puerta. ¿Y era un día particularmente caluroso, a pesar de que era un 10 de junio, no? Tanto que me llamó la atención porque yo estaba en camisa y soy súper friolenta que él tuviera un buzo de polar de manga larga", relató su primer encuentro con el portero, quien días después confesó el asesinato de su hija y que en ese momento ya había cometido el crimen.
"Yo dije, le decíamos, Jorge. “Jorge, vos tenés que estar enfermo, digo, para que estés abrigado así digo por qué no te no te hacés ver te digo porque tenía tenía cara de enfermo. ¿Luego nunca te tomás, eh?” Y eso yo se lo dije, tipo reto bien. Porque había sido un un encargado tan. Tan eficaz y siempre. Tan atento y tan lo querían cumplidos. Hacía 11 años que era encargado del edificio, un edificio chico con 14 departamentos", comentó.
Enterarse de lo peor
Luego siguió relatando cómo sucedieron los hechos: los primeros momentos cuando se da cuenta que Ángeles no llega a su casa, la búsqueda desesperada, la incertidumbre y la angustia. "Estaba ya devastada, estás como que estás en la guerra, si si, si estás en el en el frente", expresó.
Y contó cómo se enteró de que su hija estaba muerta: "Yo tengo una prima muy querida, que es como una hermana para mí, que es 5 años mayor que yo. Y me empezó medio a tirar. De a poquito, no de la noticia. Cecilia, mi prima, me me estaba diciendo lo del cuerpo que tenía el uniforme, pero que no estaba confirmado, y yo me paré porque escuché. A Jerónimo, mi hijo, gritar. Y entonces ahí me fui a la cocina. Y cuando lo vi a Jerónimo, desencajado ahí, yo me no me no me acuerdo porque me caí al piso, sí".
"Fue un rayo… Es una cosa que que… Están un antes y un después, un no sé cómo explicarte algo tan. No sé, es un sentimiento tan… Como que se te explota una granada en la cara. Ya está listo, es como que nada, ya está, la muerte no tiene solución, o sea, es como que yo ya la había vivido con con mi viejo lo había vivido con varias varias muertes, porque en casa hubo muchas tragedias", señaló.
Los últimos besos
"Los cuatro camiones del CEAMSE que habían salido esa noche, él único que descargó en la planta para ser reclasificado, fue el de la Muni. Que yo siempre digo que fue un milagro. Porque la intención de él era que el cuerpo desapareciera. Pero para mí fue un milagro y que dentro de la tragedia, por lo menos haber sabido qué pasó. Pienso en la mamá de María Cash y en todas las que tienen hijos desaparecidos", indicó.
El relato de Jimena es crudo: "Cuando apareció el cuerpo bueno, me dijeron que iban a hacer una autopsia… Ella era muy pudorosa. Y sentir que la estaban manoseando, que eso a mí me ponía mal, ¿me entendés? Me daba, me daba bronca, me daba, me daban ganas de de, de, de salir corriendo".
Y más fuerte aún, su recuerdo de ver a su hija en la morgue: "Fui a la morgue y la vi. La verdad que es muy duro. Tu hija en una bolsa. Pero, por otra parte, fue un alivio muy grande. Porque la vi y estaba ahí. Saber que que va a tener un lugar donde llevarle una flor, era algo. Si bien ella estaba maltratada, estaba muy entera. La pude besar, la pude acariciar, la pude peinar. Le di muchos besos, y sentí esa sensación de que son los últimos. Porque después de ahí sí va a haber un velorio y todo. Pero ese era mi momento de intimidad con ella", compartió.
Los momentos más duros
"Cuando la vimos en el cajón, yo no sé qué le habían hecho. Estaba toda parecía como una muñeca de cera y no se la podía tocar. Y, además, ya tenía olor. Y yo, la verdad que preferí velarla cajón cerrado. Porque no quería que la gente se se quedara con ese recuerdo de ella", contó.
Pero para ella lo más duro llegó después: "La escena más dolorosa de todas es cuando ves que el cajón baja a la tierra. Y nunca más. Es terrible, ahí yo te digo que tuve que hacer una fuerza tremenda para no tirarme arriba del cajón con ella.Porque ahí sí sabes que no se vuelve".
"A esa altura no sabía cómo había muerto, no tenía ni ni idea. Ni tampoco sé si me interesaba. Yo estaba en ese momento enfocada en el pasar los últimos momentos con mi hija, después se tenía toda toda la vida para saberlo lo demás. Además, yo nunca había estado en un proceso judicial. No sabía todo eso, no sabía lo que lo que era una querella, no sabía lo que era una, viste si obvio y nada", confesó.
Con el enemigo en casa
"Estaba en la fiscalía cuando lo traen a Mangeri. Y cuando yo lo vi avance. Claro, la primera vez que lo veía, después de que había pasado todo. Yo estaba sentada en una escalera, me acuerdo que acababa de dar testimonio, y salté porque era una cara amiga, lo fui a abrazar y él me miró raro. Y entiendo que ahí fue cuando él en la fiscalía dijo, “Yo soy responsable de lo que pasó en Ravignani 2360, dejen a mi esposa fuera", recordó.
Y reveló: "Creo que te de todo lo que te estoy contando lo más traumático fue cuando la exhumaron el 20 de agosto. Uno de los jueces dijo que si la nena había muerto por maniobras del camión, entonces la nena había entrado viva. Entonces, como la nena había entrado viva, no la había matado, no la había matado Ángel y le bajaban la calificación a homicidio simple".
Explicó que "cuando una persona es comprimida por un camión de basura, tiene los órganos estallados si está viva. Entonces había algo que no estaba cerrando. Se pide la segunda autopsia y se determina".
"La segunda autopsia determinó por lo pronto, que la nena había entrado muerto al camión. Habría muerto en 5 minutos por una maniobra mecánica de sofocación y estrangulamiento. Tenía 2 o 3 costillas peri mortem, o sea rotas antes de morir del peso. Tenía la mandíbula fracturada, porque le pegó. Y mientas que él estaba acaballado sobre ella, la estranguló. Y a mí lo que me persigue es todo lo que me habrá llamado en ese momento", compartió.
"Un psicópata de esa naturaleza es alguien que te hace daño de por vida, no solamente por porque mató a tu hija. A nosotros directamente nos nos sacó la vida que teníamos", admitió.
“¿Nunca, nunca se te ocurrió ir a visitarlo a la cárcel?”, quiso saber Granados. “No, no, no estoy lista para eso”, respondió ella.
“Déjame que te pregunte algo. ¿Te conforma que esté preso? ¿Te gustaría que esté muerto?”, insistió. “No, yo no quiero que esté muerto, no… El primero de enero, que sería el cumpleaños de él. Ese día lo odio con todo mi corazón y ese día éste no se me sale la furia porque él está cumpliendo años y mi hija no", respondió.
El legado de Ángeles
"Una manera de sobrellevar el que que la la vida de tu hija dejó un legado que la muerte de tu hija no fue en vano. Y eso es lo que te queda como cierto consuelo. Decís que es algo bueno de todo lo que te pasó, que está rescatando algo bueno en todo lo que te pasó. Ella a mí me dejó una enseñanza, me dijo: “Mami, vos tenés que ser mi voz. Para que otras chicas no les pase porque ella". Por ejemplo con el caso de Candela, estaba como loca", reflexionó.
"Te voy a hacer una última pregunta, ¿al cuanto tiempo pudiste encontrar felicidad en algo?", quiso saber Granados. "Ese es otro castigo que te queda, por lo menos a mí. La capacidad de disfrute yo la tengo, pero automáticamente tengo una contracara. Yo tengo mis 3 hijos, por ejemplo, que la pasó bárbaro porque son divertidísimos y nos matamos de risa, y me estoy riendo porque nosotros somos una familia muy divertida, y automáticamente los veo a los 3 y me falta alguien: la risotada de ella.No es que no lo disfrute, pero hay un pedacito que falta. Como una sombra", responde.
Y cierra con la esperanza de volver a encontrarla cuando se muera: "El saber que me voy a encontrar con ella tiene como un happy ending".