El rubor es un producto súper versátil: podés sumar un toquecito de color, levantar tus mejillas y también destacar tus facciones. Si lo sabés aplicar en las zonas indicadas, podés lograr definir y hasta esculpir tu rostro, así que compartimos con vos las claves infalibles para lograrlo.
1-El tono de tu piel
Para lograr que tu rostro se vea ideal no tenés que sobrecargarlo, por eso será esencial elegir el tono adecuado. Optá por uno que sea lo más parecido posible al de tu piel: los anaranjados y corales serán ideales para las pieles más pálidas y los más amarronados, para las más trigueñas.
2-La brocha
Parece un detalle menor pero el tipo de brocha es fundamental para definir la aplicación del producto, como las de tamaño medio y cerdas suaves. Te va a facilitar realizar movimientos largos, y definir el área que necesites con mayor precisión.
3-En qué momento se aplica el rubor
Ya tenés el tono y la brocha para aplicarlo: para que el resultado sea perfecto, es importante que apliques el rubor después de la base de maquillaje, del polvo compacto y del iluminador. Es el toque final para realzar sutilmente tus mejillas.
4-Dónde se aplica
Hay un truco que no falla: sonreí frente al espejo, pegá dos dedos junto a la nariz. La parte más alta de tus mejillas que quede libre con esta medida, es el lugar exacto donde debés aplicarlo. Difuminalo hacia arriba con movimientos circulares.
5- Cómo se aplica el rubor
- Recordá siempre retirar el exceso de producto de la brocha antes de apoyarla sobre la mejilla para no generar manchas.
- La terminación ideal es que parezca que te sonrojaste sutilmente y no que aplicaste maquillaje.
- Complementá tu total look con sombras y labial de la gama del tono de rubor que hayas elegido, para una terminación armoniosa.