Su nombre científico es Fallopia japonica pero muchos la conocen como hierba nudosa japonesa. Y si bien puede que nunca la hayas escuchado nombrar o visto alguna vez, ahora lo vas a hacer muy seguido...
Según un artículo publicado por la BBC Future es una especie invasora imposible de matar y los científicos están tratando de encontrar una manera de eliminarla, ya que si se la deja crecer a voluntad, podría apoderarse rápidamente de todo Reino Unido.
Fallopia japonica: la planta invasora imposible de eliminar
Originaria de Asia, es una planta herbácea de tallos rizomatosos que producen brotaciones subterráneas, haciéndola fácilmente extensible a zonas anexas a donde está desarrollándose.
Florece en verano y su gran capacidad de reproducción asexual (ya sea por fragmentos de tallos o rizomas) la convierten en una especie con alto potencial colonizador, unido a su resistencia y adaptación a distintos tipos de suelos.
Pero el problema está en que eliminar este arbusto invasivo por completo es extremadamente difícil. En pocas palabras, la solución puede estar en extraer la tierra misma: cavar al menos 5 metros de profundidad y eliminar todo el lote casi como si se tratara de algo radioactivo.
Y, como si fuera poco, si queda algo puede regresar una y otra vez, regenerándose a partir de los fragmentos más pequeños y emboscando a los jardineros hasta 20 años después de que aparentemente haya desaparecido.
Desafortunadamente, tampoco se le puede aplicar un herbicida. "Podría volver a crecer aunque parezca muerto", aseguró Kevin Callaghan, director de Especialistas en hierba nudosa japonesa, en el artículo publicado por la BBC Future.
Cómo logró volverse tan resistente e invasiva
Según explica la BBC Future, el 9 de agosto de 1850, el jardín botánico Kew Gardens, en Londres, recibió un paquete sorpresa por correo. El inesperado regalo contenía una serie de plantas inusuales y una nota que revelaba la identidad del misterioso benefactor: Philipp Franz Balthasar von Siebold, médico y botánico alemán.
Von Siebold había regresado recientemente del territorio japonés de Dejima, frente a la costa de la ciudad de Nagasaki, un puesto comercial construido en una isla artificial. Fue el único punto de contacto que tuvo el país con el mundo exterior durante el aislacionista período Edo, cuando el país cerró sus fronteras a los extranjeros durante más de dos siglos.
Como médico de renombre, Von Siebold tuvo un acceso sin precedentes a una variedad de contactos en Japón y los utilizó para satisfacer su pasión por las plantas: tenía personas recolectando especímenes de todo el país. Pero después de una rara visita al continente y un desafortunado incidente relacionado con un mapa prohibido, que los funcionarios locales encontraron en su equipaje, finalmente se le pidió que se fuera.
Entonces, Von Siebold empaquetó unas 2.000 plantas y regresó a Europa. Esto incluía un arbusto magnífico y extenso que se encuentra en Asia, donde se valoraba por sus usos en la medicina tradicional y, curiosamente, como verdura.
En poco tiempo, nació Von Siebold & Company of Leiden, una empresa especializada en la venta de plantas del Lejano Oriente, con sede en Países Bajos. Y desde el primer momento, la Fallopia japonica fue una de sus plantas estrella.
Era natural que esta vigorosa belleza se compartiera con los demás, y Kew Gardens recibió debidamente su propio ejemplar. A partir de ahí, su conquista fue rápida.
La Fallopía japonica fue un éxito y, en tan solo unas pocas décadas, estaba hundiendo sus profundas raíces en la tierra en Oceanía, América del Norte y gran parte de Europa. Muchos de estos grupos del siglo XIX todavía existen hoy en día, exactamente en los mismos lugares en los que fueron plantados. Se dice que la planta sobrevive tanto al jardín como al jardinero.
Según Dan Eastwood, profesor de biociencias en la Universidad de Swansea, en Reino Unido, esta temprana popularidad es la primera pista de sus formidables poderes de invasión. "La realidad es que fue traído a este país y plantado en masa desde la era victoriana, durante un período bastante considerable", dice. "Entonces, cuando hablas de la cantidad de individuos que colocas en un ecosistema antes de que pueda establecerse [allí], los seres humanos en realidad jugaron un papel importante en eso".
Al día de hoy, los científicos siguen buscando una manera de eliminarla definitivamente.