Seguramente tuviste una abuela que adoraba las plantas. Pero detrás de ese amor al verde hay una razón que hoy tiene nombre propio: "plantfulness". Hoy se sabe que el contacto con las plantas nos hace bien y nació una nueva práctica relacionada con el mindfulness y los beneficios de la jardinería.
Eva Durán habla de esto en su libro "Plantas para ser feliz" y es la mentora de esta filosofía que ya conocían nuestras abuelas. "El plantfulness –explica Durán– es una especie de meditación activa que aporta paz mental en medio de la vorágine que vivimos en el día a día... Las personas que no consiguen meditar logran a través de las plantas una calma y un bienestar que les incentiva a sacar cada día un rato para estar con ellas; es como un autocuidado".
"Las plantas nos dan paz, serenidad, hacen hogar, son refugio, nos conectan con la naturaleza, cuidan de nosotros mientras cuidamos de ellas, nos relajan, nos calman, embellecen, decoran, nos hacen olvidar los problemas...", explica Durán en su libro.
Beneficios del plantfulness
- Cultivas la paciencia
- Ayuda a estar presentes
- Desconectas de los problemas
- Descansas la vista
- Favorece la creatividad
- Mejora la concentración
- Desarrolla la observación
- Fortalece la autoestima
- Ayuda a tolerar la frustración
Si sos de las que no tienen "mano verde" como se suele decir, comenzá probando con tres o cuatro plantas que sean fáciles de cuidar. "Recomiendo empezar por germinar un hueso de palta. No obstante, si quieres algo más rápido podrías hacer un miniinvernadero y poner musgo, que huele muy bien y te conecta con otros sentidos como el olfato, que te trasporta al bosque y parece que dejas de estar en casa", explica la autora.
Eva Durán empezó a utilizar este término en 2019, cuando intentaba analizar lo que sentía con sus plantas. Y se podría decir que es la paz física y mental cuando paseas por tus plantas, hoja a hoja, color a color, como si lo hicieras por un bosque. "Con tan sólo 3 minutos observando una pequeña planta de forma consciente, podés llegar a romper esa espiral de fatiga mental y reponer energías", señala la escritora.
Plantas fáciles para arrancar esta práctica
Por dónde empezar a practicar mindfulness
Una de las recomendaciones de Durán es trasplantar, es una de las actividades más sensoriales para los cultivadores urbanos por la forma en que se siente la humedad, las texturas y cómo se respira el olor de la tierra.
También el momento de fertilizar, limpiar hojas, regar o incluso lanzarte al mundo de las kokedamas.
"Hay muchísimas actividades en las que podemos poner en práctica el plantfulness. Dependiendo del tiempo del que dispongas en cada momento. Puedes acudir a tu rincón verde y simplemente contemplar de forma tranquila las hojas, colores y texturas de tus plantas. Puedes acompañarlo de tu bebida reconfortante favorita, y algo de música que en ese momento te vibre. En pocos minutos el tiempo parecerá detenerse y la maraña de pensamientos que traías en la mente se irá deshaciendo", aconseja la experta.
"Otras prácticas que requieren trabajar con las manos pueden ser actividades como hacer mezclas de sustratos para trasplantar tus plantas, hacer esquejes para propagar y vivir el proceso hasta conseguir nuevas plantas, aprender el arte de las kokedamas, hacerte un mini invernadero que huela a musgo, y muchas otras actividades que propongo en el libro. Hagas la actividad que hagas, recuerda disfrutarla sin prisas, aunque solo tengas 5 minutos, siempre desde la calma y activando todos los sentidos que puedas: vista, olfato, oído… Solo así conseguirás el beneficio del plantfulness", es la última recomendación que da Durán.