En Laguna Blanca, el exclusivo barrio privado de Manantiales, en Punta del Este, la diseñadora Valentina Karnoubi vive con Juan, su marido, y Mogul, un cocker juguetón, desde la pandemia. Allí, en su acogedora casa, nos recibió con un desayuno frutal.
-¿Por qué decidiste instalarte en Punta del Este?
- Fue en pandemia. Hubo una razon más personal que eran las ganas de vivir cerca del mar, en un lugar que siempre consideré mi segunda casa, mi lugar de vacaciones, y tener una mejor calidad de vida. Y una razón más laboral: para hacer crecer la marca internacionalmente es mucho más facil desde Uruguay porque la economía es más estable.
-¿Qué cambios experimentaste en tu vida a raíz de esta decisión?
-Al cien por ciento. Me di cuenta que podía tener más tiempo para crear, para estar en la parte creativa de mi marca y no tanto en la logística del día a día. Los tiempos en Punta del Este son otros. Hay mucho más tiempo para todo. Rinde de otra manera. Además laboralmente se abrieron puertas. Con mi mejor amiga abrimos un concept store con una curaduría hermosa de diseño latinoamericano. Me contacté más conmigo misma, con la naturaleza.
-¿Cómo es vivir en Punta del Este?
-Es increíble. Yo soy muy feliz acá. Está esa sensación de vivir de vacaciones solo por estar en un lugar que en mi caso siempre me trae recuerdos felices. Obviamene no vivimos de vacaciones, de hecho trabajo igual o más de lo que trabajaba en Buenos Aires pero en otro ritmo, sin tránsito, sin estrés, sin grieta, sin inseguridad. Cerca del mar, con otro aire literalmente.
-Ese ritmo se altera a fines de diciembre con la afluencia de turistas, ¿eso te molesta?
-No, jeje, acá con mis amigos decimos en joda que nos invaden. Pero en realidad es espectacular, sobre todo cuando trabajás en temporada y realmente se cosecha todo el trabajo que sembramos duranto el año.
Diseñadora acá y allá
Haberse instalado en Punta del Este, le exige a Valentina dividirse entre Argentina y Uruguay. "Viajo a Buenos Aires todos los meses. Allá seguimos teniendo un atelier, venta online a todo el país , algunos mayoristas muy especificos y exclusivos en provincias y la mayor parte de la producción. Tengo un equipo increíble y talentoso de gente en Buenos Aires que me ayuda a lograr los objetivos, sobre todo una mano derecha, Amanda Croes, que me cuida la marca allá y es jefa de producto. Acá trabajo toda la parte más creativa, los line sheets para vender en exterior, las ferias para exterior, las ventas en Uruguay y todo lo que es internacional, la parte administrativa y en verano full ventas en casa ribera".
-Entonces, ¿es posible vivir en Uruguay y manejar tu marca en Argentina?
-Sí, creo que la pandemia nos enseñó a todos que si el trabajo es por objetivos claros y organizados, es todo más fácil. Igualmente, ¡obvio que tengo que viajar!
-¿Creés que algún día vas a volver a vivir en Argentina?
-Nunca se sabe, nunca está cerrada la puerta. Pero no hoy, no lo veo muy viable.
-¿Cuál es la reacción de los uruguayos cuando un argentino decide instalarse en su país?
-El uruguayo -a mi modo de ver- es muy cordial y amable. Por lo menos acá en Punta del Este, todos queremos que crezca la ciudad. Que haya más trabajo. Que las temporadas sean más largas. Que lleguen más inversiones. Que la gente vuelva. Por ende, toda la gente con la que me relaciono que es de aquí, no hizo más que abrirme puertas desde que llegué. Estoy súper agradecida con amigas y conocidos de acá que me ayudaron siempre con todo. Así que creo que mientras haya respeto y trabajo, ¡todos felices!
-¿Cómo es un día de tu vida hoy?
-La vida acá es bastante pueblerina sobre todo porque vivimos en La Barra. En general me despierto temprano, tipo 7.30, hago yoga, salgo a caminar o entrenar, y empiezo con calls a Buenos Aires de 10 a 13 hs aprox. Después voy al local y trabajo un poco en Casa Ribera, y cada vez que se puede nos escapamos a la playa. En invierno los días son cortos y todo termina antes, se cena tempranísimo, tipo 19.30, y nada. Me junto con amigas, cocinamos y trabajamos.
-Y Juan, tu marido, abrió un restaurante...
-Juan abrió Legua hace 1 año y unos meses ya, con su socio Ezequiel. Tienen una propuesta gastronómica muy diferente para Uruguay y la verdad es que la rompieron. Es una cocina vietnamita, muy diferente y muy increíble.
-¿Cuáles son tus proyectos para este 2023 que recién empieza?
-Seguir creciendo con la marca en el exterior. Volver a Miami en abril, y tratar de llevar Casa Ribera quizás al verano europeo, aunque sea un pop up o algo por el estilo.
-Por último, hablame de tu colección.
-Esta colección se llama La Isla. Como en todas mis colecciones, trato de ser fiel a la identidad y a la esencia de la marca que sigue siendo un poco romántica, lúdica y soñadora. Trabajé en algunas siluetas y tipologías un poco más sexies. El post pandemia nos dejó ganas de volver a vestirnos para disfrutar. Hay piezas icónicas como los vestidos de cut out, las prendas de crochet, los detalles bordados a mano y obvio, los prints florales.
Producción: Marité Rizzo
Fotos: Chris Beliera