Si estás en plan de decorar tu primera casa con plantas o te gustaría sumar alguna especie que no te va a fallar porque es capaz de soportar todos los errores de principiantes, la aspidistra es tu mejor opción.
Es linda, decorativa e ideal para manos inexpertas porque crece prácticamente en cualquier rincón donde la coloques y no suele presentar problemas habituales de plagas. Y, como si fuera poco, es perfecta para zonas con poca luz, como recibidores y pasillos, y no necesita riegos muy frecuentes.
En el marco de la Semana Deco Para Ti te contamos todas las curiosidades de esta planta para que te animes a sumarla. ¡No te vas a arrepentir!
Aspidistra: una planta que se las banca todas
La aspidistra -también conocida como pilistra, orejas de burro o por su nombre científico como aspidistra elatior- es nativa de China, Himalaya y Japón, y es una de las más recomendadas para principiantes o para sumar un toque tropical a la deco de la casa.
Aunque no te suene mucho su nombre (o sí), la aspidistra tuvo su época de esplendor hace unos años y ahora parece que vuelve con fuerza a imponerse tanto en interiores como en exteriores.
Es considerada una de las especies más elegantes y, durante el siglo XIX y XX en Inglaterra, se convirtió en un símbolo de distinción.
Sus imponentes hojas ovaladas y jaspeadas de color verde intenso pueden llegar a medir hasta 70cm de largo y son las encargadas de llenar de calidez, frescura y elegancia cualquier rincón del hogar.
Cómo cuidarla
- Luz y ubicación: si bien es cierto que necesita algo de luz, una de las ventajas es que puede crecer y desarrollarse sin problemas en lugares de sombra, tanto en interior como exterior. La exposición total al sol no se recomienda porque podría quemar sus hojas o volverlas amarillas.
- Temperatura: a pesar de que no es exigente, prefiere aquellas que se mantengan entre los 13 ºC y los 21 ºC. Por otro lado, es fundamental evitar el exceso de humedad ya que el mismo puede causar la aparición de manchas en sus hojas y debilitamiento.
- Riego: debe ser moderado ya que no tolera el exceso de agua. Se recomienda hacerlo una vez por semana y siempre verificando que el sustrato esté completamente seco antes de volver a regar.
- Sustrato: debe tener un buen drenaje que evite los encharcamientos y airee sus raíces.
- Fertilizante: si bien no es muy necesario, se le puede aplicar algún fertilizante disuelto en el agua de riego una vez al mes. Esto, además de contribuir a su crecimiento, hará que las hojas tomen un color verde bien intenso.
- Poda: por lo general, no se debe realizar una poda, a menos que las hojas estén muy secas y sea necesario. Se puede hacer en cualquier época del año y lo ideal es quitar solo las hojas amarillas y estropeadas.