Este lunes, 6 de febrero, es el Día por la Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina.
Si bien está prohibid, en algunas zonas rurales de Kenia siguen sometiendo a muchas niñas a esta práctica. Unas 140 millones de mujeres y niñas en todo el mundo padecen actualmente las consecuencias de la ablación femenina, la mayoría de ellas son de origen africano.
Esta práctica cultural se define como: “Todas aquellas prácticas que implican la extirpación total o parcial de los genitales externos femeninos u otras lesiones a los órganos genitales, ya sea por motivos culturales, religiosos o por cualquier otra razón no terapéutica”.
Es una violación de los Derechos Humanos y es una violencia hacia las infancias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona 4 tipos de mutilación:
- Clitoridectomía: amputación parcial o total del clítoris (órgano pequeño, sensible y eréctil de los genitales femeninos) y, en casos muy infrecuentes, solo del prepucio (pliegue de piel que rodea el clítoris).
- Excisión: amputación parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.
- Infibulación: Estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin amputación del clítoris.
- Otros: Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.
El 98% de las mujeres y niñas están mutiladas en Kenia.
Un niña mutilada
La MGF puede hacerse desde lactantes hasta mayores de edad, hay lugares donde hacen rituales y agrupan a niñas para hacerlo, la media suele ser entre los 5 y 12 años, hay una tendencia a bajar la edad, cuanto más pequeña pareciera que menos recuerdo tiene, pero bien se sabe que las huellas psicológicas quedan en las vidas de esas mujeres adultas.
Generalmente si no lo ha hecho en la infancia para casarse debe hacerlo, porque entra en juego la virginidad y hasta la ‘’normalidad genital’’.
Hay niñas que le dicen a su mamá que quieren hacerlo, porque las propias niñas la dejan de lado, tiene que ver con ser mujer, con querer encajar y no estar aisladas, por ello sienten la necesidad de hacerlo. Las niñas no son aceptadas por sus amigas sino lo hacen, una niña mutilada es lo ‘’normal’’ y ella no lo considera malo, es un ritual, no se cuestiona. Al ver campañas, hay madres que empiezan a no querer hacerlo con sus hijas, pero así son señaladas.
Muchas mujeres se preguntan ¿cómo es una mujer no mutilada? porque no se miran, se preguntan sobre la rareza de no estar mutilada y en caso de acceder a ver a una mujer sin mutilación suele parecerles fea, porque lo ‘’normal’’ es estarlo.
Las madres son las encargadas de hacerlo, por ello es muy necesario que puedan ver que no pasa nada si no se lo hacen a sus hijas. Las madres no odian a sus hijas, quieren el mejor futuro para ellas, y como lo mejor para ellas se limita al casamiento, esta práctica debe hacerse. No hay opción para ellas de otra cosa, debe casarse bien, ser virgen, ser respetada -sostiene la cultura en Kenia-.
Existen varias consecuencias de estas mutilaciones, los efectos inmediatos son dolor, hemorragia, y los psicológicos que perduran toda la vida.
Los relatos mencionan que la extirpación de labios mayores y menores provoca que se complique el orinar y por ello ir al baño suele convertirse en una odisea para estas niñas. Hay más probabilidad de infecciones urinarias y también se suman los problemas en torno a la menstruación, porque el orificio que queda luego de la extirpación de los labios suele se pequeño. Sumado a la falta de productos para la higiene menstrual y la falta de conocimiento, por ello muchas niñas faltan a la escuela, porque no tienen acceso a productos, se quedan en casa y esto lleva a potenciar la desigualdad con los hombres. Hay abandono escolarización y por ello matrimonios tempranos.
Produce una marca en cada etapa a la mujer.
¿Qué papel tiene el hombre?
La madre decide cuando hacerlo, llama y se encarga de cuidarla, el padre no quiere saber. Hay falta de interés en saber cómo se hace, pero al fin ‘’se hace para ellos’’. Algunas mujeres sostienen que si los hombres vieran como se sufre, quizás esto los pondría a ver la realidad.
Hay que cambiar la costumbre del silencio para terminar con ello. Hay cambiar normas sociales que encasillan a las mujeres, en fin, hay que cambiar este sistema patriarcal.
¿Y el Embellecimiento de genitales? ¿No es una forma de mutilación?
Las mujeres referentas consideran que embellecer los genitales también es mutilarlos, porque mutilación es la eliminación del tejido de cualquier parte, por motivos religiones o por cualquier motivo, en este caso por estética. Y se hace para otros, para que otros lo vean.
Las mujeres occidentales que lo hacen ‘’creen que son libres, que es una decisión propia’’ y no se dan cuenta que es impuesta por nuestra cultura, por la imposición de verse ‘’perfecta la vulva’’.
Siempre las imposiciones nos direccionan sobre lo que debemos hacer, creyendo que somos libres.
¿Es posible no hacerlo?
Hayat Traspas nacida en Kenia, rompe la tradición familiar al ser la primera mujer que no ha sido mutilada, ella lidera la organización Save a girl save a generation: ‘’Salvas una niña y salvas una generación’’.
Dice en una nota que convivir con su abuela la hacía sentirse presionada, ya que la abuela esperaba que su madre se arrepienta y la mutile.
‘’Mi madre no quería esto para mí, no quería mutilarme. Estuve protegida por el amor familiar y pude alejarme del foco de atención de no estar mutilada. Yo rompí con eso en mi familia’’.
Y sostiene: "Hay que hablar de ello, porque lo que no se menciona no existe".
Yo le sumo que la educación sexual es urgente, para dejar de sostener la idea de que todo lo que pasa entre las piernas de las mujeres está mal.
Fuente: Lic. Analía Lilian Pereyra, Sexóloga Clínica y Educativa. MP: 221.773. IG: @licenciadaanaliapereyra