Por María Belén Ludueña
El 18 de enero de 2020, se detuvo la vida de Silvino y Graciela Baez Sosa. Recibieron el llamado que ningún padre imagina recibir. Su hijo Fernando de 18 años había sido asesinado durante sus vacaciones en Villa Gesell. Con el correr de las horas conocieron detalles aberrantes sobre cómo había sucedido. Fernando fue brutalmente asesinado a golpes pidiendo clemencia y piedad. Sin embargo, los 8 condenados, también de su misma edad, no la tuvieron y siguieron adelante con el macabro plan de matar.
Tres años más tarde después de 15 audiencias donde se enfrentaron jurídicamente la fiscalía con los doctores García y Dávila a la cabeza; el equipo de abogados de Fernando Burlando (defensores de los familiares de Fernando Báez SOSA) y Hugo Tomei (abogado defensor de los acusados) el Tribunal Oral en lo criminal Nº 1 de Dolores concluyó ocho condenas.
Determinó prisión perpetua para Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matias Benicelli, Luciano Pertossi y Ciro Pertossi por ser coautores del crimen; y 15 años de prision para Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Blas Cinalli como partícipes secundarios.
Una sentencia que no condice del todo con el pedido de justicia de la sociedad. Una sociedad que fue contundente en su reclamo. “Justicia es perpetua para los 8 acusados”. Sin embargo se respira una sensación de alivio al escuchar a Graciela y Silvino conformes con el fallo.
Se vendrán apelaciones de ambas partes, el litigio, la contienda judicial continúa; los condenados cumplirán su pena y Silvino y Graciela podrán tener un poco de consuelo y gritar al cielo…”Ahora mi hijo, descansa en Paz”
Termino con una frase que se repitió mucho durante el juicio; "el dolor no se cura con más dolor; el dolor se cura con justicia”. ¡Qué así sea!.
