El Feng Shui busca, a través de diferentes técnicas, potenciar y redireccionar las energías presentes en todos los ambientes de la casa, ya sea pintando las paredes con colores que atraen la buena suerte, colocando determinadas plantas que alejen las malas vibras o poniendo en práctica algunos "rituales".
Si sos de esas personas que le interesan las enseñanzas de esta filosofía milenaria pero no tenés mucho tiempo o no sabés por dónde empezar, anotá estos consejos báscios para mejorar la energía de tu casa y atraer la buena suerte. Vas a ver que son súper fáciles de hacer y, con el tiempo, vas a poder convertirlos en hábitos.
Sumá plantas verdes y flores recién cortadas con ricos aromas
Las flores frescas y las plantas verdes de hojas redondeadas, siempre son una buena opción para el Feng Shui.
Eso sí, en ambientes como los dormitorios, es mejor elegir plantas pequeñas y en poca cantidad -o simplemente evitarlas-, ya que pueden quitar el oxígeno.
Mantené tu casa limpia y ordenada
Una casa ordenada es sinónimo de una mente ordenada, es decir, mayor concentración y facilidad para conseguir los objetivos.
Si bien existen múltiples técnicas para mantener el orden, podés empezar por no acumular ropa u objetos para evitar bloqueos energéticos y por eliminar todo aquello que, en el fondo, sabés que no necesitás.
Sumá velas con tu aroma favorito
Según el Feng Shui, decorar el baño, el dormitorio y el living con velas es una buena opción para atraer la buena fortuna. El aroma también es importante: la canela, la lavanda o la menta son ideales según esta filosofía milenaria. De la misma forma, el color es relevante.
Decorá con cuarzos
Los cuarzos y las piedras naturales son grandes aliados para atraer la buena suerte y la fortuna en casa. Podés colocar algunos en diferentes puntos estratégicos de tu casa. Cada tipo tiene una función, así que úsalos en función de lo que estés necesitando.
Abrí tus ventanas y ventilá a diario
Ventilar la casa todos los días es fundamental para liberar toda la sobrecarga energética y los estancos energéticos que se van acumulando en todos los ambientes.
Si bien podés poner en práctica este ritual todos los días durante unos quince minutos, también podés hacerlo una vez al mes o cada quince días de una manera más profunda, abriendo todas las puertas y las ventanas durante unas tres horas.