Se define como una mujer intuitiva, revela que le gusta "hacer personajes que le permitan a la gente identificarse" y confiesa que está en pareja y muy enamorada. La actriz Marina Bellati, hija de la diseñadora Clara Ibarguren- en la nota contará que se crió en una granja hippie donde siempre había muestras del trabajo de su mamá, además de música, disfraces y amigos-, integra desde principios de enero el nuevo elenco de "El método Gronholm", obra que se presenta en el Paseo La Plaza. De su infancia, su vocación actoral, su trabajo y sus sueños es lo que hablamos en esta nota.
-¡Hola Marina! ¿Cómo empezaste el año y cómo estás pasando el verano en Buenos Aires?
-Bueno, siento que el año ya empezó hace muchísimo... Lo empecé haciendo teatro y me agarró el proceso del ensayo en las fiestas y con la cabeza metida ya en este proyecto hermoso que me encanta (Marina integra el nuevo elenco de la obra "El método Gronholm"). No es la primera vez que estreno en enero en Buenos Aires y estoy feliz porque me encanta la ciudad vacía. Y también recibir el público que viene de otros lados, del interior del país, eso está buenísimo.
Y la verdad es que muy contenta porque tenía ganas de volver a hacer teatro. A mí me pasa que como el teatro es -para mí- de los lenguajes actorales, el más comprometido y el más sacrificado, lo pienso y lo evalúo muchísimo porque me conozco y necesito que todas las variables estén muy ordenadas.
Entonces acá se me dio todo: la obra, que me gusta muchísimo y me interesa contarla, trabajar con Ciro Zorzoli (el director) era un sueño, era una asignatura pendiente, y mis compañeros (Rafa Ferro, Martín Slipak y Julián Cabrera) que son una maravilla. Creo que tenemos caminos y elecciones actorales afines y nada, parece un cliché siempre decir que nos amamos y que es un sueño trabajar juntos. Pero te juro que en este caso es verdad.
-Estás integrando el nuevo elenco de "El método Gronholm", una obra probada y exitosa. ¿Qué significó que te convoquen para hacerla?
-Bueno, un poco ya te lo contaba. Que me convocaran para este proyecto fue una sorpresa primero porque sabía que se había estrenado hacía poco. Y me encanta que me llamen para hacer obras que ya tuvieron otra puestas. Además me gustó mucho la historia, el director, los compañeros y amo el complejo La Plaza. Así que fue una alegría total y me subí enseguida a este proyecto.
La intuición y el poder de la panza
- En una nota contaste que sos bastante intuitiva con respecto a qué trabajos tomás y cuáles dejar pasar e, inclusive, referiste a qué te indica tu panza, si duele o no? ¿Es tan así?
-Sí, la verdad es que tengo muy entrenada la intuición. Y en el caso del trabajo, uno obviamente analiza el libro, el guión, la obra, los compañeros, el equipo de trabajo... A mí me importa muchísimo el director o directora de los proyectos en general, porque siento que de ahí baja un poco el color o la energía que va a tener el proyecto. La guita obviamente, porque me gusta ir contenta a trabajar y poder cubrir mis gastos.
Y lo de la panza es un poco verdad. Yo dije que en alguna oportunidad me salvó la panza y eso es un poco metafórico, no es tan literal. Pero sí hay algo intuitivo cuando pienso si va a funcionar, más allá de si el público acompaña. Y si hay algo que se traba o que hace ruidito, le presto más atención que a nada.
"No es que soy un desastre con la guita"
-En esa misma nota contaste que no recordás que hiciste con tu primer sueldo como actriz, que cobraste por trabajar en "Los Roldán", porque sos "un desastre con la plata"… ¿Seguís pensando así?
-Bueno, más o menos. No es que soy un desastre porque no lo soy, tampoco tuve grandes desastres financieros. Lo que creo es que ya me pude organizar, porque como el trabajo de las actrices y de los actores es tan inestable, y a veces tenés varios proyectos a la vez y otras veces nada, aprendí a convivir con eso financieramente. Y cuando tengo trabajo, gasto más y cuando no, no lo hago y realmente lo llevo de momento bien. Soy una privilegiada por supuesto, tengo mi casa, entonces me puedo organizar así.
Cuando tengo gasto y cuando no tengo, no gasto, y me puedo adaptar a eso. Me parece que está bueno poder adaptarse a distintos contextos, en general para la vida lo digo. Es una herramienta buena para no desmoronarse o no enloquecer si estás sin trabajo. Sí soy desprolija en ese sentido. Pero nunca tuve deudas ni hice desastres, me voy organizando. Siempre tuve conciencia del dinero, pero también un desapego que está bueno para ejercitar.
La satisfacción de actuar y esa sensación de "irse del mundo por un rato"
-¿Cuándo decidiste que querías ser actriz? Hablame de tus inicios en el medio.
-Bueno, a los 10 años estudié canto porque quería ser cantante. Me había ganado una beca en una escuela y hacia las muestras, me fascinaba eso. Pero a los 15 entré en la escuela de actuación de Nora Moseinco, y me acuerdo perfecto del primer día de clase, esta cosa de llegar y con los compañeros armar una improvisación y que ellos se rieran porque la escuela de Nora proponía algo muy lúdico con respecto a la actuación. Era actuar sin sufrir, sin texto, para nada formal sino todo lo contrario.
Una cosa antimetódica directamente y que para mí estaba buenísimo, porque no sé, me convirtió en una actriz como muy lúdica, intuitiva, algo de ese orden. No digo que sea mejor o peor, porque hay un montón de escuelas diferentes como abordar un texto o un personaje, pero me acuerdo de haber hecho reír a mis compañeros y dije "ah, es por acá, quiero hacer esto toda la vida", como esa sensación, esa adrenalina. Eso me dio mucha satisfacción, iba a las clases feliz, era mi momento.
Me acuerdo que era los jueves, que era mi día de tocar el cielo con las manos. Y ahí fue cuando dije quiero esto y lo sigo queriendo. Tal vez el día que quiera otra cosa cambiaré, pero de momento me sigue produciendo mucha satisfacción actuar, irse del mundo por un rato -del mío-, como meter la cabeza en otro mundo un rato, me sigue generando alegría. No se si ya es una necesidad. Pero sí es una forma de vida.
La infancia en una casa de Don Torcuato en los '80
-Tenés una historia muy particular viviendo con padres medio hippies en una casona de Don Torcuato. ¿Qué nos podés contar de tu infancia?
-Sí, me crié en una especie de granja hippie con mi mamá, el marido de mi mamá, mi hermana y la hija del marido de mi mamá, que ya la tenía cuando se puso en pareja con mi mamá, cuando yo tenía 2 o 3 años. Y recuerdo que era una casa en Torcuato en los 80s... Era otro planeta Torcuato, pensá que la Panamericana tenía un solo carril, Torcuato era el Far West directamente...
Creo que tengo esta sensación de granja hippie porque había como mucho juego todo el tiempo, mi mamá era diseñadora así que en la casa había muestras todo el tiempo, nos disfrazábamos, siempre había gente, amigos, guitarra, música, me crié en ese ambiente.
Y todo eso iba de la mano con lo que me a mi me gustaba, porque puede ser que te cries en un espacio que nada que ver y que después salgas, contador, abogado... Pero en mi caso me realimentaba mi vocación. Mi crianza fue muy lúdica, muy en contacto con el juego, con la risa todo el tiempo. Disfrazarse. No sé, había algo de eso que siempre estaba presente, los amigos, los perros, el afuera, la naturaleza, que son todas cosas que me siguen gustando un montón. Creo que la infancia te marca mucho, ¿no? Son cosas que yo necesito cada tanto. Bueno, tengo un perro que es mi vida, Evo. Me da mucha alegría.
Enamorada y feliz
-Y sobre tu vida amorosa que nos podés decir? ¿Estás en pareja?
-Sí, estoy es en pareja con una persona maravillosa, es un escritor y estoy muy enamorada.
"Me gusta hacer personajes que le permitan a la gente identificarse"
- ¿Qué te falta hacer como actriz? Con qué trabajo, director o proyecto soñás?
-Es una pregunta recurrente y la verdad es que no me pasa que digo ay me gustaría hacer a Eva... A mi me gusta participar de proyectos que cuenten historia que vayan por los márgenes, que le permitan a la gente identificarse. No se cómo ponerlo en palabras para que se entienda... Pero viste que a veces ves una peli que te rescata, o en una obra algún personaje dice algo y sentís que es lo que te pasa a vos, es como que te ilumina.
No se, a mi la ficción me enseña a vivir desde siempre y me gusta hacer personajes que me revelen algo de la vida, que me enseñen. Porque en definitiva siento que esta es una profesión muy empática, donde todo el tiempo tengo que estar poniéndome en otros zapatos sin juzgar a esa persona.
Sobre el futuro y los sueños
- ¿Cómo te ves en diez años?
-Ay, qué difícil. Me cuesta tanto hacer futurología porque la verdad es que mi trabajo me obliga a vivir mucho en el presente. Muchas veces no puedo planear una vacación porque no sé qué voy a estar haciendo. Nunca pude. Digo empezás una obra y no sabés cuándo va a terminar, una serie, una peli... Te estabas por ir de vacaciones y te llaman. Sí puedo decir lo que me encantaría. Vivir más cerca de la naturaleza. O ir y venir. Pero no se, me cuesta un montón hacer este ejercicio porque vivo muchísimo en el presente.
Producción: Marite Rizzo
Fotos: Alejandro Carra
Video y edición: Manuel Adaro
Maquillaje y peinado: Guille Parra (@guilleparraa)
Ropa: Clara Ibarguren (@claraibargurenoficial)
Agradecemos a @plan.planta, por la locación para la nota.
