Situada en un refugio natural de un valle al pie de la Serra da Estrela, cerca de la parroquia de Gonçalo, en un lugar también conocido localmente con el nombre de Mora, esta casa agrícola tiene aproximadamente 18ha de área y está rodeada por un denso bosque de pinos.
A lo largo de los años, la casa fue bien conservada gracias a sus actividades agrícolas. En su centro se levanta una modesta preexistencia de granito construida a mediados del siglo XX, de donde parte el nuevo proyecto.
Para no interrumpir las actividades de la granja, el equipo a cargo del proyecto decidió separar lo antiguo de lo nuevo al diseñar la casa.
El resultado final, con la ampliación de la casa existente, resultó de un compromiso entre los deseos del propietario y las características y morfología existentes del terreno, caracterizado por la existencia de varias terrazas.
De manera natural, dos nuevos volúmenes de hormigón fueron creados e implantados en una terraza existente, íntimamente ligada a la preexistencia de granito, permitiendo un desarrollo natural y fluido de la finca local.
El nombre NaMora tiene un doble significado en portugués. Se refiere a la ubicación del proyecto, donde “Na Mora” se traduciría como “En Mora” (Mora es el lugar donde se encuentra la propiedad), pero “namora” en portugués significa literalmente “coqueteo” o “cita”.
Así, en un lugar denominado Mora, nació la Casa NaMora, donde los volúmenes de hormigón que forman la parte nueva de la casa “coquetean” formalmente con el cuerpo de granito existente, en total armonía con el entorno existente.
El proyecto se dividió claramente en dos elementos distintos pero complementarios: el almacén, el área técnica, las instalaciones sanitarias funcionales y la cocina están ubicados en la preexistencia y totalmente dedicados a las actividades de la granja, mientras que la sala de estar, dormitorios, suite y exterior espacio de ocio forman parte de la nueva sección de la casa.
En el interior se buscó la neutralidad dada por la sencillez y pureza de los materiales y por la ilusión de la ausencia de detalle.
La idea de interioridad se traduce en aperturas hacia paisajes, marcos y patios estratégicamente ubicados.
La escala de la intervención y la identidad natural del sitio siempre se tuvo en cuenta al elegir el enfoque de construcción y los materiales: piedra, hormigón, acero y madera.
En el interior, el blanco y la comodidad de la madera se equilibran con la presencia cruda y austera del hormigón.
En el exterior, la piedra y el hormigón están tallados de la misma manera, en una reinterpretación de la arquitectura vernácula de esta región.
Ficha técnica
Arquitectos: Filipe Pina y David Bilo.
Ubicación: Gonçalo, Guarda, Portugal.
Área del proyecto: 320 m2.
Año: 2022.
Fotos: Ivo Tavares Studio.