Dentro de los cuidados para tener una salud óptima, los hábitos de sueño son de los esenciales para que el cuerpo tenga suficiente energía y concentración para encarar las tareas del día.
Algunos especialistas recomiendan sencillos consejos para que pongas en práctica si te está costando dormir y no sabés el motivo.
1- Cuidar el entorno
El lugar en donde dormís puede ser unos de los principales problemas debido a varios factores como la cantidad de luz que hay en el cuarto, la calidad del colchón, la temperatura ambiente o si la habitación se encuentra en una zona que es propensa al ruido.
Es necesario identificar si alguna de ellas es la que está afectando el buen descanso y hacer lo posible para solucionar el problema.
2- Horarios adecuados
Una buena higiene del sueño es habituarse a un horario para irse a dormir lo más regular posible: generar un hábito e intentar respetarlo.
Los expertos afirman que forzar al cuerpo a descansar durante un determinado horario creará en el organismo la necesidad de respetar estos horarios, de mediano a largo plazo.
3- La alimentación
Otro eje fundamental, ya que las cenas ligeras evitan problemas digestivos y que estos provoquen una interrupción del ciclo por un malestar físico.
4- Evitar los dispositivos
El uso de dispositivos o de televisión es otro de los problemas más comunes que alteran la calidad del sueño, por lo que los especialistas recomiendan apagarlos o dejarlos en silencio, así como no usarlos en la cama.
Esto ayudará a desterrar la mala costumbre de usarlo hasta última hora, lo que ayuda a que te relajes y puedas percibir el cansancio que te llevará a conciliar el sueño.
5- Si persiste el problema, consultar al especialista
Siempre es una salida recurrir al especialista que indique el diagnóstico y el tratamiento adecuado mediante una exploración clínica a base de preguntas o el estudio del sueño, para determinar si se cuenta con algún problema neurológico, psicológico o emocional que impida que el ciclo del sueño se lleve a cabo.
Siempre recordar que los profesionales son quienes deben indicar, si es necesario, una medicación adecuada al problema, así como de seguir un tratamiento personalizado.
Por otro parte, el acompañamiento de una buena terapia cognitivo-conductual también ayuda a modificar hábitos ya existentes en cuanto a las rutinas del sueño.