“Hombre, pueblo, nación, estado: todo está en los humildes bancos de la escuela.” Domingo Faustino Sarmiento.
Durante el siglo XVIII tuvo lugar el primer empedrado en las calles de Buenos Aires. Esta disposición del virrey Juan José de Vertiz niveló una parte de la ciudad.
El centro de la Plaza de Mayo se encontraba ocupado por la llamada Recova Vieja, ubicada entre las calles Reconquista y Defensa. Las quintas abundaban a los alrededores, grandes huertas con calles de tierra, la ciudad empezaba a cambiar su morfología.
Los Rodríguez llegaron de Galicia con un pequeño capital que devino en una gran fortuna. Dicen que a pura honradez Juan Antonio Rodríguez levantó un imperio del comercio de ultramarinos. Se casó con Juana Rojas Valerio y tuvieron tres hijos.
Para 1820 se afincó en la zona que hoy conocemos entre las avenidas Córdoba, Callao y las calles Montevideo y M. T de Alvear, sobre un total de cuatro manzanas. Así se inicia el legado de los Rodríguez Rojas, con participación patriótica en la tierra adoptante.
Dato Cementero
Una de sus hijas, Petronila Rodríguez de Rojas (1815-1882) de quien no se han encontrado pinturas porque dicen, nunca se dejó retratar, heredó de sus padres el predio mencionado.
El edificio que hoy conocemos como el “Palacio Pizzurno” no es nada más ni nada menos que el Palacio Sarmiento, obra icónica que se levantara en las tierras que Petronila donara al estado argentino tras su muerte en 1882.
Su testamento fue abierto ese mismo año ante el escribano Juan Bautista Cruz y su albacea Juana Bosch. En el rezaba claramente su intención de donar dicho terreno a la ciudad para la construcción de una iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora Del Carmen, un asilo y una escuela de tres pisos para niñas de la Orden de Siervas de Jesús Sacramentado.
Detallaba que la obra debía estar equipada con un museo, una biblioteca y varias aulas de clase, solicitando además que dicha escuela llevara su nombre. Contrariamente a su voluntad, la escuela pedida por Petronila en su testamento fue localizada en una casona que se encontraba en lo que hoy es la intersección de las calles Capdevilla y Paraguay. Luego la mudaron a un predio en Junín y Paraguay, e incluso ocupó por un breve período su lugar original, antes de desaparecer definitivamente en 1903.
El pedido de Petronila no se ha cumplido. En la década de 1930, por iniciativa de Juan Benjamín Terán, presidente del Consejo Nacional de Educación, se le dio el nombre de la benefactora a la escuela N°27 de Parque Chas.
Pero... ¿Por qué no complacer a Petronila después de haber donado sus pertenencias al estado? Cercana a la quinta sólo la plazoleta Petronila Rodríguez lleva su nombre y una escuela, pero en Parque Chas. Me reservo el comentario y continúo con la historia…
La construcción del Palacio Sarmiento se llevó a cabo cuatro años después de su muerte, entre 1886 y 1888.
El arquitecto argentino Carlos Adolfo Altgelt Tornquist (1855-1937) estaba a cargo del proyecto. Cuentan que se había graduado en la Real Academia de Arquitectos de Berlín, especializándose en la construcción de edificios escolares. Altgelt era hijo de alemanes que llegaron al país en 1849. Para este proyecto contó con la colaboración de Hans Altgelt, quienes concretarían una obra arquitectónica histórica, la primera escuela graduada del país.
El edificio finalmente fue inaugurado en 1893 pero no para funcionar como escuela, sino para albergar los Tribunales de Buenos Aires hasta la finalización de la construcción del Palacio de Justicia frente a la Plaza Lavalle.
El edificio del Palacio Sarmiento, de tres pisos, es de estilo ecléctico francés típico del siglo XIX y cuenta con un museo y biblioteca escolar ubicados en el cuerpo central, mientras que el ala izquierda estaba dedicada a la escuela. Frente a la fachada principal del Palacio se ubica la Plaza Rodríguez Peña.
Adentro, diez salones eran destinados para clases de enseñanza general, dos de ellos de dibujo y de labores, otros dos en forma de anfiteatro estaban destinados a las clases de física, química, historia natural y música, con anexos para bibliotecas especiales, aisladas de los ruidos que provenían del exterior por guardarropas, una obra inédita para la época.
Se puede apreciar el regodeo por la arquitectura monumental francesa de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX en nuestro país. La fachada de un exquisito revestimiento en símil piedra París está hoy sellada por bastas capas de pintura que prometen olvidarlo.
El exterior está decorado con cariátides, atalantes y tiene una carga de imágenes alegóricas. Al ingreso, dos grandes figuras sostienen el peso del palacio. Un atalante sostiene con tesón su carga, es la figura que deriva del mito de Atlas, el titán derrotado por Zeus.
La iconografía nacional se presenta en los balcones del piso superior, con alegorías del Río de la Plata y de la Cordillera de los Andes con tridentes y una diadema de cristal, realizados en Europa. Rematan el conjunto sobre las ventanas acopladas al transpiso la imagen de dos mujeres, una sosteniendo una antorcha y un libro, representando la Ciencia y el Arte y la otra, coronada por laureles como símbolo de la fuerza de la Paz.
El Palacio Sarmiento fue sede del Consejo Nacional de Educación entre los años 1903 y 1978 y desde entonces Ministerio de Educación. Para 1961 se impuso el nombre de Domingo Faustino Sarmiento por el 150 Aniversario de su nacimiento.
A la calle que pasa por la puerta, ocupando sólo cien metros, se la llamó Pizzurno, en honor de tres hermanos maestros con ese apellido: Pablo, Carlos y Juan. El palacio se hizo conocido por ese nombre.
Confieso encontrar en nuestra historia un centenar de mujeres que legaron al país grandes hazañas, proezas, récords, donaciones. Seguramente muchas otras no tuvieron visualización, esperando ser reconocidas por su obra. Sarmiento decía "Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer". Aún quedan cuentas pendientes.
El actual Ministerio de Educación debería ser una escuela. El edificio, al que todos conocen como el Palacio Pizzurno, es el Palacio Sarmiento, más aún, omitieron llamarlo “Petronila Rodríguez”.
Fuente y fotos: www.buenosaires.gob.ar y Wikipedia.