Dentro de los productos de belleza más recomendados para skincare, las cremas y los aceites son básicos para hidratar la piel. No obstante, en ocasiones podemos cometer errores aplicándolos en el orden incorrecto, debido a una confusión.
Hay una "ley" que dice que la rutina de cuidado de la piel comienza por las texturas más ligeras, terminando con las más pesadas. Con este criterio, el aceite debería ir antes que la crema y ahí la confusión: cuando nos ponemos estos productos, la crema va primero y, una vez que penetró en la piel, se culmina con el aceite, para sellar y que se note un efecto jugoso.
El año pasado, además, se viralizó una técnica para obtener un efecto de máxima hidratación, el slugging, que consiste en poner vaselina en el rostro al finalizar la rutina nocturna. Si bien algunas influncers la recomiendan, mientras aseguran que su uso evita la pérdida de agua, no es apta para todas las pieles. Como tapa los poros deben descartarla, por ejemplo, quienes tengan tendencia al acné.
Qué es el slicking y para qué sirve
Con un nombre similar se presenta una alternativa, el slicking. En lugar de vaselina, lo que se utiliza para finalizar la rutina nocturna es el aceite de almendras.
Se adapta a todo tipo de piel sin generar una consistencia densa, manteniéndola hidratada y con una mejor textura.