Diana Spencer formó parte de la Familia Real antes de sus veinte años y lejos de vivir el cuento de hadas que ella esperaba, la joven princesa vivió durante años reprimida por una serie de protocolos y estrictas reglas. La propia princesa confesó que se sintió sola durante su matrimonio, pues su familia política se mostraba distante con ella.
Uno de los miembros que tuvo un poco más de empatía ante su situación fue Felipe de Edimburgo. Su suegro sabía perfectamente qué se sentía ser un desconocido en un ambiente lleno de reglas y limitaciones, pues tanto su vida como la de Isabel II cambió abruptamente tras la muerte del Rey Jorge VI. Por eso, se encargó de mantener una relación cercana con Diana, con quien compartía ciertas aficiones.
Harry confesó cómo era la relación de Lady Di y Felipe de Edimburgo
El príncipe Harry se encargó de confirmar el rumor más concurrente dentro de la Familia Real en el libro ‘Spare’, que fue el trato que el duque de Edimburgo tuvo hacia su nuera. “Pensé en las opiniones contundentes del abuelo, en sus muchas pasiones: el enganche ecuestre, las barbacoas, la caza, la comida, la cerveza. Su amor por la vida, en una palabra. Eso lo tenía en común con mi madre; tal vez por eso había sido tan fan de ella", detalló, el duque de Sussex.
"Mucho antes de que se convirtiera en la princesa Diana, cuando era sencillamente Diana Spencer, maestra de guardería y novia en secreto del príncipe Carlos, mi abuelo era su máximo defensor. Hubo quien dijo que fue él quien actuó de medianero en el matrimonio de mis padres. De ser cierto, podría argumentarse que el abuelo había sido la causa primera de mi mundo. De no haber sido por él, yo no estaría aquí", agregó.
Felipe se encargó de proteger y defender a Diana
Esta descripción es similar a la que la escritora Ingrid Seward propuso en su libro ‘Prince Philip Revealed’, en el que detalló que Felipe solía proteger y defender a Diana ante las exageradas restricciones de la monarquía. La autora detalla de igual forma que Lady Di prefería sentarse cerca de él durante las cenas de gala, en lugar de su marido puesto a que se sentía protegida.
Cuando los problemas entre Diana y Carlos comenzaron a ser frecuentes y el divorcio se aproximaba, Felipe solía enviarle largas cartas en las que le daba consejos para afrontar su situación personal y pública de manera cariñosa y con un aire paternalista. Por eso, cuando la princesa falleció en 1997, no solo William y Harry sufrieron la muerte de la princesa sino que también su suegro lamentó tan terrible final.