De la brecha salarial al pago igualitario: el gap que atenta contra nuestra economía - Revista Para Ti
 

De la brecha salarial al pago igualitario: el gap que atenta contra nuestra economía

Como cada año, este 9 de abril se conmemoró en Argentina el Día de Pago Igualitario, porque ésta es una fecha que busca poner en agenda la existencia de una brecha salarial que atenta contra la autonomía económica de las mujeres. Desde Grow- género y trabajo ponemos en contexto esta problemática y reflexionamos sobre el rol de las organizaciones empleadoras.
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Según un informe del Ministerio de Economía, en el 2do trimestre de 2022 la brecha salarial alcanzó el 27,7%. En este punto es importante entender qué es lo que se está midiendo. Carolina Villanueva, directora y co-fundadora de Grow- género y trabajo explica que en Argentina, “la brecha salarial mide la diferencia entre los salarios promedios percibidos por varones y mujeres, por eso no podemos hablar de ‘igual trabajo realizado’ pero sí reflexionar sobre las diferentes posibilidades de inserción y desarrollo profesional que impactan inevitablemente en los ingresos”.

Estas diferencias en el desarrollo profesional se explican por la existencia de una segregación horizontal (las mujeres se insertan con mayor frecuencia en sectores de la economía menos dinámicos y de menor valoración social) y una segregación vertical (las mujeres tienen más dificultades para acceder a puestos de mayor jerarquía).

En el primer caso, vale mencionar que, en los sectores menos dinámicos en los que se insertan las mujeres, la brecha salarial se profundiza (salud, comercio). Por el contrario, las ramas más dinámicas son aquellas que emplean en mayor medida a los varones (construcción, tecnologías).

En cuanto al segundo caso, el acceso a puestos de trabajo de mayor jerarquía, las mujeres ocupan solo el 31% de las jefaturas y el 34% de los cargos de dirección (INDEC, EPH 3° Trimestre 2022). Es decir, incluso si están insertas en sectores dinámicos de la economía, no llegan a alcanzar los cargos de mayor remuneración.

Finalmente, como complemento a estos dos escenarios, el mayor tiempo que las mujeres destinan al trabajo no remunerado –6,3 horas diarias vs. 3,4 horas en el caso de los varones según la ENUT (2021)–, es tiempo que no tienen disponible para estar en el mercado laboral. Esta situación las lleva a aceptar empleos de menor carga horaria y mayor precariedad.

El rol de las organizaciones empleadoras

Si bien desde el Estado se vienen implementando medidas para reducir la brecha salarial que van desde políticas de promoción de mujeres y diversidades en sectores estratégicos de la economía y en cargos jerárquicos, hasta una distribución más equitativa de los cuidados; las instituciones empleadoras pueden –y deben– contribuir al desarrollo profesional equitativo de las personas.

Carolina Villanueva sostiene “desde Grow- género y trabajo tenemos experiencia acompañando a distintas industrias en sus procesos de transformación, y hemos podido identificar distintas problemáticas que afectan al desarrollo y, por consiguiente, a los ingresos de las mujeres. Trabajar de manera situada entendiendo el contexto, es fundamental para revertir estas desigualdades”.

Fuente: equipo Grow- género y trabajo
www.generoytrabajo.com

Más información en parati.com.ar

 

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