Los dormitorios pequeños no tienen por qué ser incómodos y aburridos. Si bien es cierto que puede resultar todo un desafío decorarlos y amueblarlos, existen algunos tips que te ayudarán a convertirlo en tu refugio favorito y que parezca más grande visualmente.
Pero antes que te adelantes, te aseguramos que no se trata solo de cambiar la pintura de las paredes a un color blanco o sumar varios espejos... El truco definitivo está en elegir y combinar bien las proporciones de los muebles y en seleccionar las formas más idóneas para el espacio que ocupa esa habitación.
Anotá estos consejos y comprobá vos misma como tu dormitorio mini "crece en metros" y en estilo.
1. Un único punto focal
Todo espacio necesita un punto focal, es decir, un elemento de diseño que se lleve todas las miradas al ingresar a la habitación. Puede ser una lámpara, un perchero, un cuadro o bien un objeto o detalle de color que llame la atención.
2. Una cama y un colchón bajos
Puede parecer que, cuando hablamos de dormitorios mini, la mejor opción sea una cama también mini. Pero lo que realmente importa es que sea una cama baja con un colchón bajo.
Ahora bien, si las camas al ras del suelo o estilo tatami no terminan de convencerte, podés ir por una opción más convencional y elegir una con las patas pequeñas y finas. De esta manera, conseguirás que la habitación resulte más fresca visualmente.
3. ¿Un respaldo o un cuadro?
Si elegiste un respaldo para tu cama, olvidate de poner cuadros en el dormitorio, es mucha información. Todo gira alrededor de la idea de no sentirte agobiada apenas entras al cuarto, porque al fin y al cabo, es un lugar para relajarse...
Por eso si tenés respaldo y sumas un cuadro en la misma pared, vas a ser que se perciba más pesada. Si por el contrario tenés una habitación con una cama "ligera", un cuadro se puede convertir en la mejor opción, actuando, incluso, de improvisado respaldo.
4. Dos o tres objetos máximo
En dormitorio mini es conveniente mantener el orden, por eso lo ideal es que no tengas más de dos o tres objetos en la mesita de luz.
Es preferible tener dos o tres piezas grandes que muchas pequeñas. Una lámpara, el libro que te estés leyendo y una caja guardar cosas. El resto (como cuadros, velas, etc.) es mejor llevarlos a un lugar más espacioso.
5. Textiles y ropa de cama discretos
Los cuartos pequeños necesitan menos textiles: una cama repleta de almohadas dará sensación de pesadez.
Por eso, nada mejor que elegir ropa de cama linda pero relajada, en tonos pastel, neutros o con estampados suaves.
